Fija su defensa en los tres primeros partidos, consolidado el mediocampo en los dos últimos, la previsible vuelta de Antoine Griezmann al once titular en octavos hoy frente a Bélgica ofrece un nuevo rompecabezas ofensivo para Didier Deschamps, que aún no ha repetido ataque en los tres duelos.
En el primero, contó de inicio con Ousmane Dembélé por el extremo derecho, Marcus Thuram por el medio y Kylian Mbappé por la izquierda. Francia lanzó 44 ataques, propuso 14 remates y marcó un solo gol, en propia puerta de Maximilian Wöber.
En el segundo, entre la fractura de la nariz de Mbappé, el técnico movió una pieza por la obligación de las circunstancias: adelantó a Griezmann, mientras sostuvo a Thuram por el centro y a Dembélé por derecha.
El resultado fueron 58 ataques y otros 16 remates, pero solo tres sobre la portería de Países Bajos, con dos oportunidades falladas por Griezmann, que, de repente, fue suplente en el tercer y último choque. No era reserva desde el 30 de noviembre de 2022, precisamente también en el cierre de la primera fase en el Mundial 2022.
No lo incluyó tampoco en el centro del campo, como ha hecho tantas y tantas veces en los últimos tiempos Deschamps, al del Atlético, que fue al banquillo, como también Thuram, con la apuesta en su novedoso trío ofensivo por el regreso de Mbappé, enmascarado y directamente en el centro; con la permanencia de Dembélé por la derecha y con recorrido por la izquierda para Bradley Barcola, inutilizado en los primeros dos choques.
Hoy aparecen los octavos. Y Bélgica. También el regreso a la titularidad, salvo sorpresa, de Griezmann, bien en el ataque, donde apunta, o bien en el centro del campo, donde la línea parece reafirmada por Deschamps, que ha contado en los dos últimos partidos con N'Golo Kanté, Adrien Rabiot y Aurelien Tchouaméni.
Su encaje en el ataque parece más sencillo, con Mbappé, Dembélé y con Barcola de regreso al banquillo ante Bélgica.