Michel, corazón de Tuna

M.Galindo
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La Asociación Nacional Valores de la Tuna distingue la trayectoria de cuatro décadas del músico segoviano en la Tuna de Magisterio, así como su dedicación a la música popular

Michel hace volar su capa, que muestra los escudos y cintas conseguidos en su historia. - Foto: Rosa Blanco

En su capa cerca de un centenar de escudos  de pueblos, ciudades, regiones e incluso países prueban la larga trayectoria de José  Manuel Herrero  Martín en el apasionante mundo de la Tuna. Algunos de ellos desgastados ya por el tiempo y otros cosidos más recientemente en el paño negro de la prenda que 'Michel'  lleva vistiendo casi cuatro décadas como integrante de la Tuna de Magisterio de Segovia, forman parte de su peripecia vital que inició como novato en el ya lejano año 1986. Han sido años de música, alegría, juerga, amistad compartida y todos los valores que el ahora  veterano tuno ha aprendido  y ha sabido transmitir a sus compañeros, y que le han hecho acreedor al Premio Nacional  'Memorial José Antonio Díaz Reneses' que la Asociación Valores de la Tuna otorga anualmente desde el año 2017 a quienes forman parte ya por derecho propio de la historia de estas seculares agrupaciones musicales de origen estudiantil.

Michel recibirá este premio el próximo 16 de noviembre en una gala especial que tendrá lugar en el Teatro Juan Bravo y que pondrá el colofón a un fin de semana de actividades organizadas por la citada asociación para poner una vez más a Segovia como lugar de referencia de las tunas a nivel nacional.

El músico segoviano no oculta la emoción y el orgullo que siente desde que le fue comunicada la concesión de este premio, y asegura que supone «el reconocimiento a todo lo que he hecho durante casi 40 años para poner en valor la vida de la tuna, desde organizar certámenes, encuentros hasta exposiciones, todo ello con el único fin de divulgar un modo de vida cuyo fin último es hacer la vida más feliz a cuantos te rodean».
José Manuel reconoce que llegó a la tuna de Magisterio «ya mayorcito», aunque su pasión por la música se cultivaba ya  antes con su participación en  grupos musicales como el Grupo de Danzas La Esteva, pero la entrada en esta peculiar agrupación musical sentó definitivamente las bases de lo que es ahora mucho más que una afición.

«A mi la tuna me ha dado mucho, y no sólo en lo económico, porque con las rondas y los parches en bodas y restaurantes me podía pagar mis pequeños vicios en mi etapa de estudiante, sino también un montón de valores humanos que no sé si hubiera aprendido en otros lugares», asegura. Así, asegura que la tuna se aleja mucho de los estereotipos que le persiguen durante años, y señala que sus valores son «la cultura, la generosidad, honestidad, hermandad, lealtad, amistad inquebrantable, es solidaridad, es amor por la música». «Hay mucha gente que tiene el concepto de tuno como el del típico borrachín sinvergüenza que anda dando el coñazo por ahí, y los tunos somos gente educada, sensible, respetuosa, empática y solidaria», asegura.

Los estereotipos y el cambio de paradigma en el ocio de los universitarios hace cada vez más difícil el sostenimiento de las tunas no sólo en Segovia sino en todas aquellas universidades y escuelas universitarias que las mantienen.
Michel lamenta que los esfuerzos realizados por Magisterio en los últimos años no hayan conseguido los frutos apetecidos, y señala que en los últimos tres lustros apenas se han registrado una o dos incorporaciones a una agrupación donde su integrante más joven rebasa ya la treintena y que en su mayoría está conformada «por cuarentunos y ya por cincuentunos», ironiza con la edad de sus compañeros y la de él mismo.
«Yo no sé que tipo de valores tiene ahora la juventud, o quizá entiendan que en la tuna no pueden adquirir los valores que les interesan, pero lo cierto es que hemos hecho campañas de captación en la UVa durante varios años que no han dado frutos, porque hay chicos que se acercan para interesarse pero al final no fructifica ese interés», asegura Míchel.

Porque la Tuna no entiende de ideologías, ni aunque algunos se empeñen «no es una agrupación franquista ni de derechas». Michel asegura que en sus cuatro décadas de tuno «he convivido con compañeros de la derecha más radical y de la izquierda más radical y no ha habido problema, y la Tuna ha sobrevivido en todos los periodos políticos de la historia de España desde la República hasta la Dictadura quizá porque su única ideología es la de disfrutar y hacer disfrutar a todos los que se acercan a ella».

Michel es un apasionado de todo lo relacionado con la tuna, y ha participado en iniciativas de todo tipo relacionadas con la historia de esta agrupación en España. Así, cuenta con una colección de carteles de eventos y certámenes de tunas de Magisterio y ahora se encuentra inmerso en el trabajo sobre la tuna, el cine y la televisión que muy pronto cristalizará en un libro en el que narrará la vinculación de estos mundos y los resultados artísticos y culturales que han emanado de esta relación. Sus carteles podrán verse en una exposición que tendrá lugar en la sala Jose Amgel  Gómez de Caso del campus María Zambrano de la Universidad de Valladolid como preludio a la jornada deentrega del premio, y que abrirá sus puertas al público a partir del 25 de octubre.

Mientras tanto, no duda en exhibir con orgullo los escudos y las cintas de su capa, que a buen seguro adornará con una más a partir del 16 de noviembre con la mejor demostración de cariño recibida por un tuno, que no es otra que la que proviene de sus propios compañeros.