De Molino de los Señores canónigos a señores turistas

Gonzalo Ayuso
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La familia Hernanz García soporta desde 2018 una larga tramitación administrativa para rehabilitar y dar uso turístico a este edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC)

El Molino de los Señores está en la ribera del Eresma, en un enclave de alto valor natural y paisajístico. - Foto: Rosa Blanco

Hace poco más de un año que la Junta de Castilla yLeón declaró Bien de Interés Cultural (BIC) al Molino  de los Señores, con la categoría de monumento. El expediente de declaración lo había iniciado en 1983 la entonces Dirección General de Bellas Artes y Archivos del Ministerio de Cultura, precisamente el mismo año en el que Castilla y León adquiría el estatus de Comunidad Autónoma, aunque la transferencia de competencias, en este caso sobre el patrimonio cultural, fue posterior.   

Para esa declaración como BIC se ha tenido en cuenta que este molino, situado a orillas del río Eresma, es «un relevante ejemplo del patrimonio industrial de Segovia» y que su historia, íntimamente ligada a la historia del río y de la propia ciudad, «constituye un auténtico documento permite acercarse a los modos de vida y la actividad económica de los segovianos y entender las formas de producción y desarrollo económico a lo largo de la historia». 

La construcción, que ocupa el solar de un antiguo molino medieval mencionado en un documento fechado en 1136 y conservado en el archivo de la Catedral, está considerado como el primer edificio civil para uso industrial de Segovia, de ahí su importancia histórica.

Sala de molienda, con maquinaria de madera en uso hasta bien entrado el siglo XX. Sala de molienda, con maquinaria de madera en uso hasta bien entrado el siglo XX. - Foto: Rosa Blanco

Perteneció inicialmente a los Señores del Cabildo Catedralicio, los canónigos, de ahí su nombre, y más tarde fue explotado por las Siervas de María, pasando en los años 60 del siglo pasado a la actual familia propietaria, los Hernanz García. Su uso como molino harinero persistió hasta los primeros años ochenta. 

Junto al río Eresma se han construido a lo largo de los siglos numerosos molinos y fábricas impulsadas por la energía hidráulica. El Molino de los Señores ha llegado al siglo XXI con una altura inusual (en conjunto, desde el caz, cerca de 18 metros y cuatro plantas), como resultado de ampliaciones y reconstrucciones llevadas a cabo entre los siglos XIX y XX. Esa relación con el río configura el hilo conductor que enlaza con los restos del importante patrimonio hidráulico de la ciudad y la actividad económica de los segovianos a lo largo de la historia. 

Ubicado en un entorno de elevado valor natural, al interés arquitectónico o histórico del molino se une la vertiente paisajística, que la existencia del propio molino ha contribuido a preservar. 

Escalera para acceder a las tres plantas superiores del molino.  Escalera para acceder a las tres plantas superiores del molino. - Foto: Rosa Blanco

Además, el Molino de los Señores agrupó en torno a él una serie de edificios industriales asociados, así como almacenes de enseres y producciones y la vivienda del molinero, más tarde conocida como del hortelano, que forman un complejo arquitectónico característico de este tipo de industrias que llegaron a convertirse en un pequeño centro de vida comunitaria. 

Este molino de fábrica mixta presenta planta rectangular, revocado por ambas caras con entramado de madera y cabujones de mampostería, cerámica y barro, reforzado por sillería en esquinas y vanos. Perdida su función, el conjunto sufrió un proceso de abandono y deterioro desde mediados del siglo pasado pero a partir de 2016 ha sido objeto de un proceso de rehabilitación, pendiente, en parte, todavía.

Orden de ejecución. Uno de los propietarios, el arquitecto técnico Armando Hernanz, explica que fue en ese año cuando el Ayuntamiento de Segovia emitió una orden de ejecución para que la propiedad acometiera obras de emergencia tendentes a la consolidación estructural del edificio, y evitar así el colapso de la construcción. Se llevó a cabo también la rehabilitación de carpinterías exteriores, entre otros elementos, cumpliendo las condiciones que habían marcado los técnicos municipales de la Concejalía de Patrimonio Histórico. 

Una vez realizada esta obra, la familia propietaria, en vista de la importante inversión realizada, decidió dar uso al inmueble a través de su adaptación para albergar seis apartamentos turísticos, a excepción de la planta baja, la sala de molienda o zona industrial propiamente dicha, que conserva la maquinaria original, de madera, con piezas de gran antigüedad.

Hernanz considera que el procedimiento administrativo «la verdad es que no está siendo nada fácil» para conseguir autorización de todos los organismos públicos competentes: Ayuntamiento de Segovia, Junta de Castilla y León, a través de la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural y de la Consejería de Medio Ambiente, principalmente, y la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD). Admite que esta iniciativa privada en un monumento declarado BIC «ha sido bien recibida por todo el mundo pero pensábamos que se nos iba a facilitar y hasta ahora las administraciones no lo han favorecido en absoluto, salvo la Junta» que, al menos, ha sido ágil, aunque señala que renunciaron a las ayudas públicas del gobierno autonómico para restauración de B IC «porque únicamente cuentan con una partida de 30.000 euros para toda la provincia».

Desde 2018 la iniciativa ha pasado, con su correspondiente proyecto y las modificaciones apuntadas por los técnicos de los citados organismos, por una maraña de trámites todavía no resueltos, donde el Ayuntamiento, en su momento, y en la actualidad la CHD se han caracterizado por una gran lentitud o falta de agilidad, según este propietario.

El último trámite, tras el visto bueno de la Comisión Territorial de Medio Ambiente el 28 de septiembre, ha sido la publicación en el Boletín Oficial de Castilla y León el 10 de octubre del informe de impacto ambiental, un documento de 18 páginas que, en resumen, determina que el proyecto no tiene efectos significativos sobre el medio ambiente.

Desde el 10 de agosto, la propiedad espera una respuesta de la CHD a las modificaciones introducidas por indicación de este organismo.

La propuesta cuenta con dispensa para evitar el impacto de un ascensor, precisamente por el valor patrimonial del Molino, pero se garantiza la accesibilidad en uno de los apartamentos, diseñado como unidad de alojamiento adaptada. Además, los equipos de climatización y producción térmica, con energías renovables, se instalarán en el exterior, respetando el entorno.

El retraso de la rehabilitación, por cuestiones administrativas, está encareciendo mucho su coste, ya que el precio de las materias primas se ha disparado debido a la inflación.

Paraje con valor arqueológico. Además del valor paisajístico, en plena ribera del Eresma, el Molino de los Señores, rodeado de nogales, chopos, etc., está muy próximo al Arco de la Fuencisla, en la salida de la ciudad por la carretera de Arévalo y en una zona con varios yacimientos arqueológicos, alguno de gran relevancia como el que precisamente se denomina 'Del abrigo del Molino', donde las excavaciones han comprobado la ocupación humana en el periodo Achelense (Paleolítico inferior, entre hace 60.000 y 30.000 años).

Es uno de los pocos enclaves del interior peninsular ocupados por los neandertales y su buen estado de conservación lo hacen único para poder determinar las características propias de cada momento de ocupación.

Otro yacimiento destacado de la zona es el de 'El abrigo de San Lázaro', próximo al puente y a los restos del hospital de enfermos de peste del mismo nombre. Es de época paleolítica, con materiales propios del periodo musteriense (vinculado a los neandertales).

También está muy próximo el de la Cueva de la Tarascona,  donde a principios del siglo XX se localizaron restos de la Edad de Bronce.