Fue un paraíso para los graffiteros durante años por la posibilidad que les ofrecía de dejar su firma en una estructura sin duda singular. Una gran cúpula a los pies de la Sierra de Guadarrama que alberga en su interior una suerte de sala de cine abandonada con decenas de asientos todavía en su lugar. Para los profanos sobre la historia de este lugar visible desde la N-603 y la AP-61 –que conectan Segovia con Madrid–, también se convertía en un entretenimiento imaginar para qué se había ideado y qué función cumplía.
El Panorámico es el parque de atracciones que fracasó en Segovia. Los restos de lo que pudo ser y no fue continúan en el mismo lugar tres décadas después. Además de la gran cúpula, lo que iba a ser un negocio hostelero, una iglesia... Varias edificaciones. Queda poco por vandalizar. A lo largo de estos años, los ladrones se han llevado casi todo: cables, puertas, marcos de ventanas, extintores, un proyector de cine, tejas... Sin embargo, el actual propietario del Panorámico no quiere que nadie ajeno entre sin permiso a estos terrenos y ha demostrado estar dispuesto a llevar a los tribunales a quien lo haga.
El 17 de junio de 2023 acudió a la finca para para colocar unos carteles en el perímetro –que se encuentra vallado– con el siguiente mensaje: «Finca privada prohibido el paso». En ese momento se encontró en el interior de la parcela con un hombre que no tenía autorización, al que le pidió que se marchase, a lo que este se negó. El 3 de noviembre de ese mismo año se repitió la misma escena con idénticos protagonistas, pero en esta ocasión el hombre sí que abandonó el lugar, aunque tirando algunas piedras de una valla.
Por estos hechos, la propiedad del Panorámico interpuso una denuncia contra esta persona por un delito leve de usurpación sobre el que se encargó de dictar sentencia el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número cinco de Segovia. Este condenó al denunciado a una pena de multa de tres meses a razón de una cuota diaria de ocho euros y a indemnizar al dueño de la finca con 193,60 euros por los daños causados en la valla.
Sin embargo, la Audiencia Provincial de Segovia ha revocado ahora ese fallo judicial. Considera que el condenado en primera instancia no cometió un delito de usurpación de inmueble. «Entendemos que el delito de usurpación de inmueble exige una vocación de permanencia. Esto es que quien entra en ese inmueble lo haga con la intención de usarlo para sí de una forma permanente o cuando menos estable. En este caso, el denunciado entra efectivamente sin permiso y transita por la finca, ya sea recogiendo setas, ya sea para discutir con el denunciante, pero en caso alguno se declara probado que la intención del mismo sea la de ocuparla de forma permanente, de tal forma que impida a su propietario realizar cualquier actividad en ella», señala la sentencia del tribunal que preside en funciones Ignacio Pando.
Este argumenta que la entrada en una finca cercada era constitutivo de falta en el Código Penal de 1973 y fue suprimido de la normativa de 1995 bajo la justificación de que se trataba de cuestiones ajenas al derecho penal. «Por otra parte, el delito de usurpación se refiere esencialmente a la ocupación de edificaciones, viviendas o inmuebles, y no de fincas rústicas de gran tamaño como la presente, en la que no se puede mantener una ocupación física permanente», añade el fallo judicial, contra el que no caben más recursos, aunque el denunciante todavía podría ejercer acciones civiles.
Por tanto, el paso al Panorámico está prohibido... O no. Otro capítulo para la historia de este frustrado faraónico proyecto sobre el que el Ayuntamiento de La Losa volvió a echar tierra en 2019. Este cambió la calificación de suelo rústico común de equipamiento privado que ostentaba la finca por la de suelo rústico con protección natural, aunque la cuestión de fondo era que declarar fuera de ordenación los usos, construcciones e instalaciones existentes en el Panorámico y cerrar la puerta a que se pudieran edificar el resto de inmuebles que figuraban en el proyecto inicial y que no se llevaron a cabo, como un hotel de cien plazas. «Nos encantaría que se desarrollara el Panorámico, pero no tenemos agua para abastecerlo», explicó en aquel momento Mercedes Otero, todavía alcaldesa de La Losa, en cuyo término municipal se encuentra esta finca en la que se soñó un gran proyecto que acabó en pesadilla.