«Era un emblema del pueblo, estamos disgustados». El alcalde de Valdeprados, José Luis García Arribas, resume el estado de ánimo de sus vecinos después de que el pasado 13 de octubre alguien arrancase la escultura del artista Luis Sanguino que daba lustre a la plaza dedicada al artista que realizó bustos del Papa Juan Pablo, Ernest Hemingway, rey Juan Carlos, Salvador Dalí, Camilo José Cela… El día después de la Virgen del Pilar el Ayuntamiento de Valdeprados denunció el robo a plena luz del día de la escultura, un caballo que evoca una popular leyenda de la historia de Valdeprados.
Cuenta esta que el conde de Puñonrostro se ofreció a batirse en nombre del rey Enrique IV, que a cambio –como muestra de agradecimiento por su valentía– le obsequió con todas las tierras que pudiese abarcar al galope con su caballo hasta extenuarse. Allí donde se detuvo el animal el conde de Puñonrostro obtuvo el derecho a levantar en el siglo XV el que hoy se llama el Castillo de Sanguino. El escultor barcelonés lo compró hace casi cuatro décadas y estableció allí su vivienda, aunque hoy se anuncia en Internet como espacio para bodas y eventos.
En 2004 donó a Valdeprados la escultura del caballo, una pieza fundida en bronce que pesa más de 90 kilos, según la información que tiene el alcalde. «Decir si ha sido un acto vandálico o la han robado es opinar porque no sabemos nada, pero han dejado dos trozos de las patas del caballo», señala García Arribas. El Ayuntamiento denunció los hechos ante la Guardia Civil a los pocos minutos, pero hay pocas pistas. «Fue entre las seis y media y las ocho menos cuarto de la tarde, pero nadie vio nada. La Guardia Civil está revisando las cámaras de seguridad de algún vecino, pero de momento tenemos poca información», apunta el alcalde.
El valor económico de la pieza lo desconoce. «El sentimental es el importante para nosotros. Nos la regaló con mucho cariño Luis Sanguino y se había convertido en un emblema del pueblo», insiste. Sanguino, que el pasado 13 de agosto cumplió 90 años, recaló en Valdeprados tras una vida de película. Su familia huyó de Barcelona tras el estallido de la Guerra Civil y pasó gran parte de su infancia en la provincia de Córdoba. Con dieciocho años se presentó al concurso para la construcción del Valle de los Caídos y después se marchó a Nueva York, donde le nombraron miembro de la Asociación Cultural de Estados Unidos.
«Al principio, veníamos de visita, pero pasado un tiempo pensamos en comprar algo. En Segovia, en la capital, hay varias esculturas mías, la estatua y el busto de Cándido, el busto de Juan Pablo II de la Fuencisla y el monumento a la Guardia Civil, más reciente. Nadie es profeta en su tierra, y Segovia ya es un poco mi tierra también. Aquí no me ha ido tan mal. En Valdeprados he encontrado tranquilidad para trabajar, y eso me ha venido muy bien, que yo siempre he sido muy folclórico, de mucho alternar», contó el propio Sanguino en una entrevista publicada por 'El Norte de Castilla' en 2017. Ahora alguien ha manchado su legado.
Fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Segovia han confirmado a esta redacción que el Ayuntamiento de Valdeprados presentó una denuncia tras el ataque. La Guardia Civil tiene abierta una investigación sobre una escultura que fue donada por Sanguino al municipio, que en aquel momento corrió con los gastos derivados de la fundición de la pieza.