Con 18 años, Daniel Muñoz Sastre (Valladolid, 1977) se vino a estudiar a Segovia, en un principio para tres o cinco años, pero se quedó a vivir y el próximo mes de octubre hará ya 25 años de su aventura segoviana. Es Doctor en Comunicación Audiovisual y Publicidad. Durante 18 años, ha trabajado en la radio, el medio en el que «siempre quise trabajar, desde que era pequeño». Hace dos años decidió dedicarse en exclusiva a la docencia y la investigación en el campus ‘María Zambrano’ de la Universidad de Valladolid. Le gusta la gastronomía, la música, el cine, el teatro y viajar.
1. El Fogón Sefardí-La Casa Mudéjar. Se siente como en casa, escenerio de muchos de los mejores momentos que ha vivido en esta ciudad y siempre es una apuesta segura. Su spa es «un oasis en medio de la ciudad» y, aunque no puede decirse que Segovia sea una urbe estresante, «nunca está de más permitirse un rato de desconexión». Si tuviera que asociar este restaurante con una palabra, ésta sería: amistad.
2. Papelería Sindo-Perfumería Iris (Juan Bravo). Desde pequeño le gustan los materiales de escritura y Sindo era su papelería de referencia, donde además de encontrar siempre aquello que buscaba, el trato encantador de Paquita y Evelyn. Otro de sus comercios emblemáticos es Perfumería Iris, ahora Avenida. Angelines, Susana y Miguel, que coincidieron durante mucho tiempo, son un gran ejemplo de cómo fidelizar a la clientela, más allá de las tarjetas de puntos y descuentos.
3. Convento de San Antonio El Real. Descubrió el que en tiempos fue palacio de recreo de Enrique IV gracias a Mª José Pascual, una apasionada de este convento de Clarisas que luchó tenazmente para que tuviera el reconocimiento que merece. Al margen de creencias religiosas, desprende algo especial. La iglesia, el claustro, las diferentes estancias … pararse a contemplar esos maravillosos artesonados es un lujo que no siempre es lo suficientemente valorado.
4. Plaza de Santa Eulalia. La que en otros tiempos fue uno de los puntos neurálgicos de Segovia es el lugar en el que ha vivido algunos de los momentos más emocionantes en esta ciudad. Ver la entrada de la Virgen Dolorosa, tras participar en la Procesión de los Pasos la noche de Viernes Santo es uno de ellos y le permitió conocer más de cerca a una de las familias segovianas que más aprecia. Otro momento inolvidable en esta misma plaza, dar el pregón de las fiestas y poder así meterse un poco más en la vida de este barrio que, desde que la Universidad de Valladolid está allí, «también es un poco mi barrio».
5. Radio Segovia. La conocida como ‘la emisora amiga’, en la que se despidió hace dos años del micrófono. Poder pertenecer a la gran familia de Radio Segovia es una de las cosas que más orgulloso le hace sentir. Poder tomar el relevo del gran Alfredo Matesanz y compartir faena con un maravilloso equipo de profesionales hace que sólo pueda guardar buenos recuerdos de su paso por la decana de las ondas segovianas.
6. Residencia Juvenil ‘Emperador Teodosio’. Aquí empezó su historia en Segovia, fue su primer hogar. Cinco años en los que disfrutó de la vida estudiantil y en los que aprendió a volar solo. Pasar por el número 4 del Paseo Conde Sepúlveda es revivir recuerdos que le trasladan a aquellas noches de charla y café eterno, de fiestas improvisadas en cinco minutos porque alguno de los amigos estaba de bajón ese día, de coladas compartidas, de risas, de complicidades y de cotilleos.
7. Jardines de la Plaza de la Reina Victoria. Es una atalaya perfecta desde la que se divisa, bajo la atenta mirada del Alcázar, la meseta y la sierra. Cuando se asoma a sus barandillas y mira hacia el norte, siente que está «un poco más cerca de Valladolid, donde tengo mis raíces». Al mirar al sur, no deja de sorprenderse con la grandeza de la Sierra del Guadarrama, que «lejos de separarnos nos une a nuestros vecinos madrileños».
8. Casa Museo de Antonio Machado. La vieja pensión de la calle Desamparados es uno de esos lugares que te permiten hacer un verdadero viaje en el tiempo. Siempre tiene, a cada paso que da por esos pasillos y esas habitaciones, la sensación de que en cualquier momento don Antonio Machado se le va a aparecer. Sentarse a la puerta, en una tarde tranquila de primavera, es uno de los placeres que ofrece esta ciudad.
9. Jardines del Palacio Real de La Granja. Por los que le gusta pasear los días tranquilos, en los que hay poco jaleo, subir hasta el Mar y sentarse en el Puente de los Suspiros. Recorrer los paseos e ir descubriendo detalles de las distintas fuentes y «perderme así pensando en aquellos que en su día habitaron esos lugares y que hicieron lo mismo que estoy haciendo yo en ese momento: disfrutar de la grandiosa sencillez de la naturaleza».
10. La Iglesia Parroquial de San Vicente (Pelayos del Arroyo). Le gusta la sencillez que atesora esta joya del románico ubicada en este pequeño pueblo segoviano. Una de esas sorpresas que te están esperando en los diferentes rincones de la provincia. Una buena forma de relajarse es ir recorriendo cada uno de sus muros y descubrir las figuras talladas en ellos. Los lugares los relacionamos con aquellas personas con las que has estado allí y, en este caso, «la compañía no puede ser mejor».