La tasa de emancipación juvenil en Castilla y León alcanza el 15,3 por ciento en 2022, con lo que se supera el umbral del 15 por ciento por primera vez desde la crisis de 2008, como explicó la presidenta del Consejo Regional de la Juventud, Sandra Ámez, quien señaló que pese a esta ligera mejoría todavía prevalece la «precariedad y la pobreza». Ámez, acompañada por el vicepresidente del Consejo de la Juventud de España, Juan Antonio Báez, y del presidente del Consejo Económico y Social (CES), Enrique Cabero, presentó los datos del Observatorio de Emancipación Juvenil y destacó los 45.132 jóvenes emancipados en la Comunidad, un crecimiento «más intenso» entre quienes tenían entre 25 y 29 años. La dirigente explicó que la mayoría da el paso al concluir sus estudios, así, la tasa cae al 5,9 por ciento entre quienes no han terminado, mientras sube hasta el 31,3 al concluirlos.

El informe señala el alto nivel formativo de los jóvenes, ya que dos de cada tres jóvenes de la Comunidad habían alcanzado estudios posobligatorios secundarios o superiores mientras que tan sólo el 4,2 tenía estudios primarios y un 27,9 por ciento sólo secundarios obligatorios. No obstante, según Ámez «el tejido empresarial no está preparado para absorber el talento joven de Castilla y León», con lo que se produce un incremento de la población «sobrecualificada y un aumento de la subocupación».

La representante del Consejo de la Juventud insistió en que los jóvenes de Castilla y León se alejan del concepto 'ni-ni' para ser 'sí-sí' porque en muchos casos «estudian y trabajan», lo que no conlleva que se elimine la «precariedad y la pobreza» como consecuencia de la subida de la inflación, el aumento del precio de la vivienda o la subida de los costes de la cesta de la compra y suministros. Por otro lado, tras doce meses de aplicación de la reforma laboral, como destacó la presidenta, se ha incrementado sustancialmente la contratación indefinida hasta el 58,5% de los jóvenes trabajadores.

Finalmente, para poder alquilar una vivienda en solitario una persona joven debería destinar el 55,5 por ciento de su salario neto, según el Observatorio, del que se extrae que una de cada cuatro personas jóvenes de la Comunidad estaba en riesgo de pobreza y exclusión social. Aunque han mejorado los datos, el informe desvela que Castilla y León es la autonomía que más población joven pierde cada año.