El guardameta Giorgi Mamardashvili negó este domingo al Rayo Vallecano la victoria en Mestalla en un partido en el que el equipo rayista tuvo las mejores oportunidades, obligando al portero valencianista a lucirse con grandes intervenciones que no fueron suficientes para evitar que el Valencia, que tuvo en Yaremchuk una única ocasión clara, se aleje de Europa.
El Valencia, octavo en la clasificación y a cuatro puntos de la séptima plaza, tenía este domingo la última oportunidad para seguir en la carrera por la Liga Conferencia ante un Rayo Vallecano que quería sellar ya la permanencia para no vivir un final de temporada agónico, pero el empate le sirve más a los madrileños.
El equipo de Rubén Baraja entró con fuerza al partido y se echó rápidamente encima de la portería de Dimitrievski, a quien los rumores le sitúan cerca del equipo valencianista, con un buen testarazo de Hugo Duro a los dos minutos, pero el delantero madrileño estaba en fuera de juego, y con un despeje de Mumin que casi se cuela en su propia meta.
Los blanquinegros, que salieron con Diego López en punta para acompañar a Hugo Duro y con Canós y Peter Federico en los extremos, comenzaron a sufrir con la presión del Rayo, que consiguió arrebatar el esférico a los locales y hacerse con el control del partido ante un Valencia desordenado e impreciso.
El equipo de Iñigo Pérez sabía muy bien cómo contrarrestar mediante la presión las virtudes del Valencia, que no lograba darle continuidad y abusaba de un juego en largo del que no sacaba ningún beneficio.
Cerca se quedó el equipo franjirrojo de marcar. A los veinte minutos, un chut cruzado de Álvaro García se marchó cerca de la portería de un gigante Mamardashvili que volvió a la titularidad tras cumplir un partido de sanción por la expulsión en Montjuïc y que salvó a su equipo con una grandísima mano para evitar el gol de Camello (m.28).
Mientras, el Valencia, que reclamó penalti para Hugo Duro por un agarrón de Lejeune, volvió a apoderarse del balón y las ocasiones comenzaron a llegar de las botas de Canós y Peter Federico, que se topó en dos ocasiones con Dimitrievski, a quien no le hizo falta emplearse tanto como Mamardashvili para evitar las ocasiones valencianistas.
Tras el descanso, Isi Palazón entró por Trejo para dirigir el juego del Rayo y su incorporación le sentó bien al equipo madrileño, que creaba peligro y tenía una circulación de balón mucho mejor que la de su rival.
Ante la incapacidad de generar ocasiones del Valencia, Rubén Baraja metió a Yaremchuk en busca de un gol que el delantero ucraniano tuvo en sus botas en el primer balón que tocó y que desperdició. Yaremchuk se quedó solo ante Dimitrievski tras un buen centro de Thierry e, inexplicablemente, mandó el cuero fuera.
El Valencia siguió intentándolo con un testarazo de Hugo Duro y una contra de Yaremchuk que fue cortada por Álvaro García, mientras que Mamardashvili volvió a aparecer con una buena salida a los pies de Álvaro García y Camello.
El partido entró en los últimos quince minutos sin ningún dominador, pero con más empuje del Valencia. Sin embargo, en el 85 Mamardashvili volvió a salvar a su equipo al desviar con los dedos un remate de Unai López, que había sido desviado por un defensor.