Más de 10.000 hectáreas conforman los Montes de Valsaín, lugar del cual procedía la madera que se procesaba en el Real Taller de Aserrío. El lugar suma ya más de 140 años de historia, pero aún conserva importantes herramientas utilizadas en la época para el aprovechamiento de la madera.
El Real Taller de Aserrío Mecánico, nació en 1884 bajo el patrocinio de la Casa Real con máquinas accionadas por vapor, y supuso toda una revolución en la gestión y tratamiento de la madera. Tras su restauración en el año 2021, fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento y actualmente se realizan visitas guiadas para conocer el emblemático edificio.
Hoy en día, la nave diáfana que entonces era la sala de máquinas se encuentra vacía, pero no es difícil visualizar la forma en la que se encontraban dispuestas las nueve sierras destinadas a cortar los troncos procedentes del pinar durante la segunda mitad del siglo XIX. El techo de madera, restaurado, aún se conserva intacto con ejemplares de troncos de varios metros de largo. Sorprenden las estrechas rampas en el suelo que concluyen en la planta inferior. Un sistema pionero a través del cual el serrín desprendido de cortar la madera era barrido y transportado así al sótano del aserradero.
En la planta inferior se pueden contemplar las ruedas de diferentes tamaños que hacían mover las sierras ubicadas en la nave superior. - Foto: Rosa BlancoAl traspasar la puerta, se encuentra la sala de las calderas, las cuales funcionaban hasta la llegada de la luz a través de un sistema de vapor. Así, recibían el agua de dos depósitos: el superior, situado en el pinar y elevado a unos 18 metros y el segundo situado junto a la chimenea del aserradero. Las calderas, de fabricación inglesa, se encargaban de producir la energía calórica necesaria y la máquina de vapor era la que generaba la energía necesaria para hacer funcionar la maquinaria.
En la planta inferior, se encuentra el eje transmisor del movimiento, el cual recorre toda la sala y mueve las ruedas de diferentes tamaños que hacían funcionar las sierras, la cinta transportadora que recogía el serrín y las bancadas de las máquinas de la sala.
El futuro del aserradero. La restauración del Real Taller, llevada a cabo entre noviembre de 2021 y noviembre de 2022 y en la cual se destinaron 716.000 euros, tuvo como objetivo «acciones para la consolidación y mejora del edificio y su entorno dirigidas al arreglo de las vigas que sustentan el suelo y su entarimado, reparación de la cubierta del edificio, enfoscado y pintado de las paredes de la máquina de calderas y reposición del suelo original metálico, además de la instalación de escaleras que permitiesen el acceso al sótano», explica el director del Centro Montes y Aserradero de Valsaín, José García Gámez.
En la planta inferior se pueden contemplar las ruedas de diferentes tamaños que hacían mover las sierras ubicadas en la nave superior. - Foto: Rosa BlancoA estas actuaciones, se sumó la declaración de Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento del Real Taller de Aserrío de Valsaín, lo que supone «un reconocimiento a su singularidad como monumento industrial que, tal y como se establece en el Real Decreto 564/20255, de 5 de julio de 2022 constituye una excepcional muestra de la arqueología industrial del siglo XIX en nuestro país», indica el director del Aserradero, quien añade que desde un punto de vista jurídico supone «que quede sometido a un régimen especial en lo relativo a su conservación y régimen de visitas, entre otras cuestiones».
En la planta inferior se pueden contemplar las ruedas de diferentes tamaños que hacían mover las sierras ubicadas en la nave superior. - Foto: Rosa BlancoEn cuanto al futuro, García revela que actualmente se está trabajando en la segunda fase de restauración y dotación interpretativa del Real Taller. «Con esta obra se pretende finalizar su consolidación y la de su entorno y, tras el oportuno estudio de las numerosas e interesantes posibilidades que ofrece este edificio en materia de difusión y uso público, se ejecutarán otras actuaciones que permitan desarrollar al completo sus posibilidades», añade.