La Estación de Esquí La Pinilla acoge por primera vez la iniciativa de origen alemán 'ski grass', una modalidad del esquí alpino que se practica sobre hierba. Esta idea, implantada desde el pasado 15 de junio, persigue el objetivo de hacer "una actividad más en las instalaciones dirigida especialmente a los amantes del esquí" que, tal y como señala el gerente de la escuela de esquí Tandem, Raúl Mesas, buscan pistas indoor y de fuera de España "para poder practicar el esquí los meses de calor". 

Por ello, desde Tandem buscaron una alternativa para poder seguir dando este servicio en La Pinilla durante los meses en los que no hay nieve. Un punto "estratégico" para recibir la visita de esquiadores de Madrid y el resto de provincias de Castilla y León.  

Con gran similitud con el esquí alpino, para practicar el 'ski grass' es necesario el uso de unos esquíes con un tanque que desliza sobre la hierba con un material "muy resistente", unidos a la bota de esquí, además del casco y las protecciones. Como diferencia, según explica el gerente de la empresa Tandem, Raúl Mesas, se añaden unos bastones diez centímetros más altos que los normales y predomina la ausencia de derrapaje. "Aquí el frenado viene dado por la consecución de giros conducidos", indica.

En este sentido, Mesas señala que, con respecto al esquí, "trabajas prácticamente lo mismo excepto lo relacionado con la inclinación y la toma de canto", pero se trabaja el paralelismo, la simetría y la centralidad. De hecho, destaca que muchos equipos nacionales de la Copa del Mundo practican una semana de 'ski grass' para su preparación, por lo que el objetivo de esta puesta en marcha es lúdico, deportivo y, también, medioambiental "porque es una actividad que no contamina y está directamente relacionada con la estación de esquí, haciendo uso de la misma infraestructura", sin limitarla únicamente a los meses de invierno, lo que le convierte en algo "pionero". 

Para el desarrollo del 'ski grass' en la Estación de Esquí de La Pinilla, ahora mismo están activos dos remontes adaptados a la actividad. Oor un lado, la cinta adaptada en Gran Plató, en Cerezuelo, "es una cinta de iniciación por la que todo el mundo tiene que pasar la primera vez" y, por otro lado, el remonte de Nuevo Testero "se ha vuelto a recuperar después de muchos años para esta actividad", que esperan que la estación lo mantenga activo de cara al invierno. 

Todo ello permite la práctica del deporte en dos pistas, una de iniciación de 70 metros y otra de perfeccionamiento de 600 metros, aunque con el objetivo de montar una tercera dirigida a los esquiadores que mantengan un nivel intermedio. Esto hace que se trate de una actividad a la que pueden acceder todos los públicos desde los siete años "porque tienes que mover los skigrass de tal manera que puedan deslizarse". 

En este sentido, en función del nivel de cada participante el 'ski grass' cuenta con equipación desde 60 centímetros a 1,10 metros. "Para comenzar todos utilizamos el material de iniciación de manejo fácil", puntualiza Mesas. Por su parte, además de tener la posibilidad de practicar la actividad libremente mediante el alquiler de equipos, los usuarios que lo necesiten también tienen la opción de acceder a clases "si es la primera vez que practican el deporte, a todo el mundo le obligamos a pasar por un profesor con una clase de mínimo una hora". 

Para la entrada a La Pinilla, que estará disponible hasta las próximas nevadas, a la par que las del bike park, se ha establecido una tarifa de adulto de 20 euros, disponible los viernes, sábados y domingos de 10.00 a 17.30 horas, con acceso a remontes durante todo el día y, además, "como es una actividad que en tres horas has finalizado, también te permite subir a las instalaciones del Gran Plató donde poder comer en el restaurante y disfrutar del resto del día en las salas de juegos". 

Además de los servicios implantados en la Estación de Esquí de La Pinilla, el gerente de Tandem avanza el interés de varias entidades sobre la implantación de la actividad de parapente o paramotor en el 'ski grass'. Una propuesta que, asegura, están estudiando porque se lo plantean como una posibilidad para que los usuarios que no puedan realizar el despegue o el aterrizaje por problemas de salud puedan practicar esta actividad mediante la alzada de vela.