Así ha sido el primer día en el nuevo edificio de juzgados

Nacho Sáez
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La puesta en marcha de la nueva organización de los juzgados eclipsa en las primeras horas las comodidades del inmueble construido junto al parque de bomberos.

Así ha sido el primer día en el nuevo edificio de juzgados - Foto: Rosa Blanco

La apertura del nuevo edificio de juzgados de Segovia ha sido histórica. Porque ha puesto fin a una deficiencia que arrastraba la ciudad durante décadas –había juzgados en cinco zonas distintas de Segovia– y porque ha abierto sus puertas sin presencia de los políticos para hacerse una foto. Posaron el pasado 3 de abril pero entonces el edificio solo tenía el mobiliario. El personal no se había trasladado aún.

La inauguración real del nuevo Palacio de Justicia de Segovia se produjo este miércoles cuando los ciudadanos pudieron pisar por fin pisar el inmueble construido junto al parque de bomberos. 16,5 millones de euros de inversión a los que aún les faltan remates. El entorno sigue repleto de vallas y se echa en falta mayor señalización para acceder en vehículo. Fuentes de la seguridad del edificio también indican que está previsto que el aparcamiento esté restringido pero de momento no hay instalada ninguna barrera y cualquiera puede entrar sin impedimentos.

Nada preocupante al lado del desafío al que comienzan a enfrentarse jueces, fiscales, letrados de la Administración de Justicia, gestores, tramitadores, auxilios, médicos forenses, abogados, procuradores... Con la mudanza al nuevo edificio se estrena también la nueva organización de los juzgados. Estos dejan paso a las Unidades Procesales de Apoyo Directo (UPAD), la nueva denominación que pasarán a tener los juzgados de primera instancia e instrucción, los de lo Penal, los de lo Social, el de Menores y el de lo Contencioso-Administrativo. Todos compartirán un servicio común general –que se encargará del reparto de asuntos a las UPAD y de las comunicaciones de las citaciones, entre otras funciones– y un servicio de ejecución. Estas tareas no serán llevadas a cabo a partir de ahora por cada juzgado de manera particular. Toda una revolución en la organización.

«Esperemos que sea para mejorar y para dar rapidez y agilidad al servicio. Los funcionarios de las UPAD van a tener que hacer muchas cosas, pero otros se van a encargar de otras. Es una manera de parcelar más el trabajo. Hay mucha sobrecarga de trabajo evidentemente. El servicio de ejecución ha recibido la ejecución de todos los juzgados. Tienen a mucho personal trabajando pero probablemente resulte insuficiente porque el servicio de justicia tiene cada vez mayor demanda. Vamos a encontrar dificultades, pero es una manera de trabajar distinta y tenemos que cambiar todos la mecánica», reflexiona la jueza decana de Segovia, Alicia Manzano, titular también de la UPAD número 5, antiguio Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5. «Pero este es un edificio para presumir», añade.

Tiene diez salas de vistas –frente a las dos del Palacio de Justicia de la calle San Agustín–, un Registro Civil con salas de bodas, una sala de lactancias, todas los despachos cuentan con modernos sistemas de calefacción y va a servir para acabar con situaciones impropias para los juzgados. «La UPAD 4, que es la específica para violencia de género, es una de las que más se ha dignificado. Hay una sala para las víctimas, otra para los menores, en una misma estancia van a estar la gestora encargada de la atención a víctimas y la psicóloga...», enumera la jueza decana.

Tanto este juzgado como el de lo Contencioso-Administrativo se encuentran en la segunda planta. El resto, en la primera, junto al servicio de ejecución. En la planta calle,  mientras, están las salas de vistas, el Registro Civil y el juzgado de guardia, que contará con sus propias dependencias. Dispondrá de una sala para los detenidos, una oficina para los funcionarios, despachos para el juez, el letrado de la Administración de Justicia, el fiscal y el médico forense, una sala para la grabación de las declaraciones y hasta un acceso propio. «No hay porqué mezclar la actividad rutinaria de los juzgados con la que se lleva a cabo en el juzgado de guardia», remarca la jueza decana, que celebra la preservación de la intimidad de los implicados en las causas que posibilita este nuevo edificio con la distribución de los espacios.

Los calabozos, la sala con cristal espejo y otro espacio para comunicaciones ocupan el sótano, todo un laberinto de puertas. Todavía no se han perdido muchos en ellas. La digitalización cada vez mayor de la Justicia –que facilita la presentación de denuncias, demandas y escritos de manera telemática–, la mudanza y la cercanía de las Navidades componían este miércoles un edificio casi vacío al menos en los pasillos. En uno de ellos compartían un café a media mañana las titulares del Juzgado de lo Penal número 1, Rosa María Gascón, y del Juzgado de lo Social, Carolina Otero. «Como lo ha organizado todo el Ministerio [de Justicia], se hace difícil adaptarse a un sistema en el que nadie te ha comunicado cómo se organiza ni has podido aportar tu pequeño o gran conocimiento sobre la materia. No sabemos cómo va a funcionar», apunta la primera sobre la puesta en marcha del nuevo modelo de oficina judicial. «La mudanza de edificio se curará con el tiempo, pero a partir de enero cuando retomemos la actividad judicial –porque estos días de Navidad van a ser inhábiles– esto va a ser una locura. La vuelta, sobre todo para los abogados, va a ser caótica», abunda Otero.

El presidente de la Junta de Personal, Pablo Martín, quiere pensar que los defectos se corregirán en un plazo de seis meses, tal y como les ha prometido la Gerencia Territorial de Justicia. La procuradora Ana Peinado aconseja «paciencia» y «colaboración con los funcionarios». Auxilios y tramitadoras como Raquel, Yolanda y Pilar no son optimistas. Así han pasado las primeras horas del nuevo edificio de juzgados de Segovia.