Las Fiestas de Segovia llevan tiempo necesitando un esfuerzo vivificador que consiga aumentar la participación popular. El Ayuntamiento ha querido este año dar una vuelta de tuerca haciendo un guiño a las agrupaciones de peñas de algunos de los barrios con más tradición festiva en la capital para insuflar su espíritu a las fiestas de San Juan y San Pedro en una ciudadque carece de una cultura de peña en sus fiestas grandes a diferencia de otras capitales castellano-leonesas como Valladolid o Burgos, por poner dos ejemplos.
Así, el día 25 los barrios de San Lorenzo, Santo Tomás, La Albuera y San José participarán en la primera experiencia de participación en las fiestas más allá de las de sus propios barrios en un desfile en el que partirán desde distintos puntos de la capital acompañados de comparsas y charangas para dar vida a la ciudad y sembrar lo que pudiera ser el germen de su incorporación por derecho al programa de San Juan y San Pedro.
Si alguien conoce la importancia de las peñas como elemento vertebrador de las fiestas es José Enrique Canales, uno de los factótum de las fiestas de San Lorenzo desde su peña 'El Porrón' que el pasado año cumplió nada mas y nada menos que cuarenta años como una de lasmás representativas del arrabal segoviano.
Canales asegura que el secreto del éxito de una peña reside en su diversidad, y en saber comprometer a gente de todas las edades en el común objetivo de disfrutar y hacer disfrutar a sus convecinos durante todo el programa festivo. «En una peña hay distintos ambientes, el de las familias y el de los jóvenes, porque las familias disfrutan del día y los jóvenes de la noche y eso es lo que permite diversificar los distintos ambientes de la fiesta», asegura el veterano peñista que en 2014 recibió la distinción de 'Vecino distinguido' que la AAVV de San Lorenzo le otorgó en agradecimiento a su desinteresada labor a favor de todos los proyectos que se desarrollan en el barrio.
Es precisamente el compromiso lo que, en su opinión caracteriza también a las peñas, ya que su labor no se circunscribe únicamente a los días de fiesta, sino que se extiende a lo largo del año con la colaboración en otras actividades en el barrio en el que residen. Así, Canales pone como ejemplo su propio barrio, donde las peñas llevan a cabo actividades propias o bien colaboran en el desarrollo de otras actividades junto a otras asociaciones y colectivos del barrio. «Siempre estamos dispuestos a echar una mano, porque todo lo que es bueno para el barrio redunda en beneficio de todos», asegura.
De igual modo resalta que este espíritu de colaboración hace también que las fiestas sean un elemento integrador en los barrios que las celebran y que otorgan este protagonismo a las peñas, ya que «siempre acogemos a todo el mundo, porque eso es lo que nos gusta». «San Lorenzo siempre ha sido un barrio de acogida, y en las fiestas este espíritu se acrecienta para recibir a todo el que llega. En las peñas siempre estamos prestos a recibir a la gente tomando una caña o visitarnos entre nosotros para compartir un rato de convivencia, y eso es algo muy bonito que no se debe perder».
ESCÉPTICO
La iniciativa municipal de incorporar a las peñas a las fiestas segovianas es acogida con cierto escepticismo por el veterano peñista, ya que en su opinión, el ambiente que se crea en los barrios es «muy distinto» al que se pretende crear en la ciudad. «Es muy difícil trasplantar al común de la ciudad el ambiente que se vive en los barrios», señala Canales, que precisa que no conviene forzar un espíritu común que hasta la fecha sólo permanece en algunos de los barrios de la ciudad. «No digo que no sea viable, sino que no es fácil, porque Segovia no tiene una cultura de peña como la que ya existe en otras provincias para las fiestas, y quizá sea necesario sembrar para recoger, porque al final yo disfruto de las fiestas de San Lorenzo y trato de pasarlo bien en las de Segovia, y creo que en otros barrios puede pasar poco más o menos lo mismo».
Mientras este espíritu se consolida -si así sucede por fin- Canales ya cuenta los días que faltan para que la Plaza de San Lorenzo arda en fiestas en la primera quincena de agosto, y a buen seguro que disfrutará con buen ánimo de una fiesta que ama y a la que ha sabido amar y extender ese amor a sus hijos y nietos.