El mundo de la hostelería segoviana ha despedido esta semana al cocinero Pedro Carabias, que falleció el pasado domingo a los 82 años de edad. Nacido en Chañe, desarrolló toda su carrera profesional en Casa Duque, cumpliendo 42 años de dedicación a los fogones.
Esta circunstancia hace que en el centenario restaurante de la Calle Real se haya sentido su pérdida de una manera muy especial. «Para nosotros el Señor Pedro era uno más en la familia, y no hay recuerdo de esta casa en el que no esté presente», señala Marisa Duque, propietaria y continuadora de Casa Duque.
Durante décadas fue la mano derecha de Dionisio Duque, y juntos desarrollaron la gran cocina de la época. Un cocinero que aplicó el recetario clásico en el inicio de la era dorada del turismo internacional en España, en las décadas de los '60 y '70 del siglo pasado.
De personalidad afable y muy familiar, fue protagonista en todos los proyectos que se impulsaban en el negocio hostelero, como fueron Las Cuevas de Duque y más tarde La Floresta. «Trabajador incansable y cercano a la perfección, y a la vez muy divertido, lo que le convirtió en una pieza decisiva de la cocina del restaurante. Por eso le admiramos, le recordamos y siempre habrá un trozo de Pedro Carabias en Casa Duque», añade Marisa Duque.
Su sucesor en los fogones de Duque, Carlos Martín, indica «desde muy joven conviví con él, de modo especial cuando recorríamos España en las jornadas gastronómicas que hacíamos en grandes hoteles, donde nos reclamaban como expertos asadores y por la exitosa cocina castellana. Esto nos permitió compartir muchas vivencias. Puedo decir que es mi maestro junto con Dionisio Duque».
Martín destaca su virtuosismo con los cuchillos a la hora de despiezar, con un gran conocimiento del recetario clásico y tradicional; y considera que junto con Tomás Urrialde y Benavides, eran la referencia para los jóvenes cocineros que empezábamos en esa época.
«Parecía que no prestaba atención cocinando, pero luego clavaba las recetas como si hubiera medido las proporciones. En una visita de Arzak a Casa Duque, el reconocido cocinero vasco, no pudo resistirse a pedirle la receta del paté tradicional que seguimos haciendo tal y como él me enseño», indica Carlos Martín.
Un cocinero de la vieja escuela, acostumbrado a lidiar con cocinas de carbón y hornos de leña con la dificultad que eso conlleva, respecto a los avances tecnológicos que hoy se disfrutan en las cocinas actuales.
Tras jubilarse, Pedro Carabias, aprovechó el tiempo libre para participar en las diferentes convocatorias en las que participaba la Asociación de Cocineros de Segovia.
Su presencia era habitual en la Judiada de La Granja en las Sopas del Santo en la noche de San Frutos entre otros eventos populares.
«La profesión le recuerda como un trabajador respetado, muy afable y siempre dispuesto a echar una mano», comenta Vicente Calle, actual presidente de la Asociación de Cocineros de Segovia y de la Asociación de Camareros. Los grupos de mensajes de móvil de estos colectivos han recogido múltiples muestras de pesar y reconocimiento a un cocinero discreto, serio y profesional que contribuyó con su hacer al comienzo de la era dorada de la gastronomía segoviana.