La penúltima esperanza

Maricruz Sánchez (SPC)
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El último análisis del móvil de Miguel Carcaño arroja nuevos datos sobre sus movimientos el día del asesinato de Marta del Castillo, del que se cumplen 15 años, y añade más incógnitas sobre el paradero nunca revelado de su cuerpo

Antonio del Castillo recorre la zona en la que se realizó la última búsqueda del cadáver de su hija, a finales de mayo de 2017 - Foto: Pepo herrera (EFE)

El 24 de enero de 2009, la sevillana Marta del Castillo salió de su casa y jamás regresó. Han pasado 15 años y el caso continúa abierto a la búsqueda de su cuerpo, cuyo paradero nunca reveló su asesino confeso, Miguel Carcaño. Era su exnovio y la tarde de ese sábado la joven de 17 años había quedado con unos amigos en la capital hispalense. Entre ellos se encontraba Carcaño, como la propia Marta contó a su madre antes de abandonar el domicilio familiar. Tenía que «arreglar las cosas con él», le dijo. 

En vísperas del décimo quinto aniversario de estos hechos, el caso vuelve ahora a copar titulares, en una causa que traspasó los límites de Sevilla y conmocionó a España entera desde el principio. Un nuevo informe del móvil de Carcaño, elaborado para intentar aclarar sus movimientos el día que asesinó a Marta y lograr encontrar sus restos, recoge movimientos en varios puntos de la capital hispalense y la provincia, pero no aclara cuándo se produjeron esos desplazamientos.

El análisis del terminal, llevado a cabo por la empresa madrileña Lazarus tras clonar el teléfono del asesino, desveló hasta seis posicionamientos distintos. Los expertos aclaran, no obstante, que lo que se ha realizado es un clon de la tarjeta, que puso estar en más de un terminal y de una persona.

Así lo difundió un rotativo sevillano, que especificó que se registraron ubicaciones en Dos Hermanas y en la zona norte de la ciudad, en San Jerónimo, junto al Cementerio de San Fernando y el asentamiento chabolista de El Vacie, «pero sobre estas localizaciones no se puede determinar ni el día ni la hora en la que quedaron registrados en el aparato».

El análisis del Motorola U9 y de la tarjeta SIM asociada al numero de teléfono indica, además, que Carcaño usó otra tarjeta en el móvil que no corresponde con la analizada mediante clon, y certifica, como se declaró en el juicio, que este terminal no fue el único usado por el asesino de la joven desde la fecha del crimen.

Lazarus averiguó, asimismo, que se eliminaron de la memoria interna archivos que contienen imágenes creadas el 23 de enero de 2009, un día antes de los hechos, así como datos de la memoria interna del terminal no especificados.

El juez de Instrucción número 4 de Sevilla, Álvaro Martín, expuso en varias resoluciones que esta prueba tenía como único fin el hallazgo de nuevos elementos que pudieran ayudar a localizar los restos de la joven, pero no una segunda investigación del caso, ya juzgado. Tanto la familia como el propio perito habían solicitado permiso para analizar con la última tecnología los móviles del resto de implicados: Francisco Javier García El Cuco, Samuel Benítez, Francisco Javier Delgado (hermano de Carcaño) y María García. Sin embargo, el juez y el fiscal se opusieron.

Lo que nadie esperaba es que este informe arrojara sorpresas, como fotos antes no publicadas y mensajes de Rocío, la joven de Camas con la que salía cuando ocurrieron los hechos y con cuya familia convivía en este municipio. Algunos de ellos 11 días después del crimen, antes de que  fuera detenido el 13 de febrero de 2009. 

Los sms incluyen frases que podrían contener doble significado. En uno de ellos,  Rocío, que entonces era menor como Marta, le dice a Miguel que es «su mayor tesoro», añadiendo: «nunca me voy a arrepentir del día de Carrefour». Cerca del poblado chabolista del Vacie, en la capital, existe un supermercado de esta compañía.

En otro mensaje, Rocío afirma que «ayer fueron esta gente al punto cero». ¿A quiénes se refiere? ¿Y el punto cero? En otro sms, su entonces novia la dice a Carcaño «que sepas que me debes una». ¿Tiene esa deuda algo que ver con el crimen?

Cuando declaró en el juicio, Rocío aseguró que en la madrugada del 25 de enero Carcaño le confesó que, tras una discusión, golpeó a la víctima con un cenicero y, una vez ésta estaba en el suelo, entre él y su hermano «la remataron», tras lo cual se deshicieron del cadáver ayudados «de unos más».

En los tribunales

La primera sentencia que se dictó respecto al caso fue a El Cuco, amigo de Carcaño. La causa la llevó el juzgado de menores, que en 2011 le condenó a dos años y 11 meses de internamiento en 2011 por encubrimiento. El Cuco salió del centro de menores en marzo de 2013 y estuvo otros 13 meses en libertad vigilada.

El resto de enjuiciados fueron Samuel Benítez, el hermano de Carcaño Francisco Javier y su novia María García, acusados de encubrimiento y delito contra la integridad moral, ya que no revelaron donde se encontraba el cuerpo.

Carcaño fue el único condenado, con una pena de 20 años de prisión por asesinato, dando por válida la primera de las hasta siete versiones que ha ofrecido. En ella explicó que golpeó a Marta con el cenicero. Sobre la ocultación del cuerpo, la Audiencia de Sevilla apuntó como responsables a Miguel, a El Cuco y una tercera persona no identificada.

El fallo fue ratificado por el Supremo, que aumentó la pena en un año y tres meses por un delito contra la integridad moral por no desvelar dónde se encontraba el cadáver. Asimismo, el exnovio de Marta también tuvo que pagar las costas derivadas de la búsqueda del cuerpo, que por entonces eran mayores de los 600.000 euros.

Incluso después de haberse cerrado el caso, Carcaño continuó dando nuevas versiones sobre lo sucedido llegando a inculpar a su hermano, diciendo que fue él quien la golpeó con la culata de una pistola cuando se metió en la discusión que ambos estaban teniendo. Después, afirmó que trasladaron el cuerpo a la finca Majaloba en La Rinconada donde se deshicieron de él.

Para Antonio del Castillo, padre de Marta, esta es la versión que «se acerca más a la verdad», y es la que Carcaño le dio en el cara a cara que mantuvieron en febrero de 2017 en la cárcel de Herrera de la Mancha, donde sigue cumpliendo condena.