La cantante Aitana Ocaña es una estrella mundial, pero detrás de la luz de los focos está también el lado más oscuro de la fama, ese en el que a pesar de que todo sea extraordinario «no tengas ganas de levantarte de la cama, porque te pones a llorar y no sepas por qué te pasa. Todo se te hace cuesta arriba», asegura la artista 25 años.
«Estoy mejor, la verdad, estoy en ese proceso de sanación. No creo que lo que me está pasando se cure en dos meses ni mucho menos. Creo que va a ser un año de aprendizaje, de ir poco a poco encontrándome conmigo», asegura coincidiendo con el estreno de Metamorfosis, una docuserie sobre su vida.
El documental, que verá la luz en Netflix el próximo 28 de febrero, sigue en seis episodios el día a día de Aitana, tanto en su vida personal como profesional, y la forma en la que se enfrenta a conflictos que ponen a prueba su madurez y salud mental.
En la producción se suceden acontecimientos que afectan especialmente a la cantante, como fue la cancelación temporal de sus actuaciones en el estadio Santiago Bernabéu, la falta de tiempo personal, los problemas de agenda o su ruptura sentimental con el también cantante Sebastián Yatra. «Recurrí a ayuda psiquiátrica porque la necesitaba en ese momento. A medida que van avanzando los meses me siento mejor. Tengo días peores y días mejores, cosa que antes eran solo días malos», asegura.
En este sentido, considera que en ese momento «lo ves todo muy oscuro» y cuesta entender los motivos: «Es muy frustrante el hecho de tener en tu mente todo el tiempo el qué afortunada soy, qué bien me va todo y que no tengas ni ganas de levantarte de la cama, porque te pones a llorar y no sabes qué te pasa. Nunca me había pasado, no sabía lo que era realmente en profundidad la depresión».
Una enfermedad que no toca en el documental: «No se pronuncia porque es una cosa muy seria y no me gustaría que nadie piense que estoy haciendo márketing o hablando de la depresión para mi documental. Solo estoy hablando de lo que me está pasando a mí».
No soy perfecta
Para promocionar el documental, Aitana cuenta también en el centro de Madrid con la exposición interactiva Metamorfosis Studio, un espacio efímero dedicado al universo de la estrella catalana.
En la producción televisiva sí muestra aspectos de su vida privada, objetivo permanente de la prensa rosa, y su meta principal, la de «naturalizarlo» a pesar de que no abre del todo «ese aspecto sentimental».
«Me han ofrecido mucho dinero por salir en una revista a contar un poco mi vida. Y eso nunca lo he hecho porque no me siento cómoda. No es la forma en la que yo quiero hacer y ni contar mis cosas, ni mucho menos», afirma.
En los seis episodios, Aitana muestra esa lucha personal por la búsqueda de la perfección. Una perfección que, cuenta, en un inicio entendía como «lograr que no hubiera ningún conflicto» y encajar en todos los ambientes. Ahora, sin embargo, asegura vivir ese proceso de manera diferente y verlo con mayor madurez y reflexión. «Para mí la perfección es ser imperfecto, es no tener que estar todo el tiempo viendo que todo está bien, cuadrando todo, revisando todo… Porque creo que eso es lo que te hace infeliz», zanja.