La Gimnástica Segoviana empató 2-2 ante el Barça Atlètic en un encuentro en el que se batió el récord de asistencia este año superando los 3.000 espectadores. Por ello, la Sego no podía dejar pasar la oportunidad de brindar tres puntos a su afición. Finalmente hubo un reparto, si bien los de casa dieron todo de sí mismos a lo largo de uno de lo partidos más entretenidos de la campaña en La Albuera
Los hombres de Ramsés Gil salieron desde el principio con el cuchillo entre los dientes, creando varias oportunidades para adelantarse en el marcador. La posesión era suya, y la presión tuvo sus frutos, con Davo y los dos extremos dispuestos a provocar el error del portero o del último defensa. Pero delante tenían a un filial que rezumaba peligro por todos sus poros. De esta forma, en una de las pocas oportunidades que tuvieron los culés, juntando el único fallo de la defensa gimnástica, con un balón que tocó Abel con tal mala suerte que el balón le llegó franco a los pies de Cédric, que marcó el 0-1.
El gol pareció dañar a los azulgrana, que notaban la sensación de peligro constante del Barça. Pero, como gritaba la grada, la fe en el «sí se puede» no se había desvanecido. Por ello, la Sego apretó un poco más, y consiguió empatar en el minuto 4 de añadido. Un tanto obra de Hugo Díaz, que remató a gol un balón que fue centrado desde la derecha por Silva y tocado ligeramente por Davo, para llegar a los pies del '8' gimnástico, quien empujó la pelota al fondo de las mallas. Un gol que sirvió para cerrar la primera parte y para que la justicia llegara al campo de La Albuera.
Tras la vuelta de los vestuarios se podría decir que ganó el combate de la segunda parte por puntos. Y es que las ocasiones se multiplicaron, aunque faltaba el último pase. Así estaba la Sego, dispuesta a anotar el segundo gol, que vino del rival en el único error de Carmona, que dejó desguarnecido su primer palo, y Rubén Gómez la coló dentro de la portería. Por segunda vez a la Gimnástica le tocaba remontar, pero apenas tres minutos después Davo se convirtió en un titán para ganarle por alto a su defensa y, con un cabezazo cruzado en el primer palo, consiguió el 2-2 definitivo. Dos lanzamientos al larguero y unos cuantos lanzamientos lejanos dejaron al público con la miel en los labios, pero nadie podrá decir que se aburrió en La Albuera.