La Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de Campo Azálvaro-Pinares de Peguerinos, un espacio natural protegido por la Red Natura 2000, compartido por las provincias de Ávila y Segovia ha sido testigo de un importante avance en la protección de la avifauna gracias a la colaboración entre el Colectivo Azálvaro y UFD, la distribuidora de electricidad del grupo Naturgy. Durante los últimos meses, se implementaron medidas de protección de avifauna en las líneas eléctricas de la zona, logrando avances significativos para reducir la mortalidad de aves por colisión y electrocución.
Se ha llevado a cabo una intervención prioritaria sobre uno de los tendidos eléctricos más peligrosos de la zona, caracterizado por su alto riesgo donde se daba una elevada mortandad de aves implementando medidas anti electrocución durante los años 2022 y 2023 y medidas para evitar la colisión de buitres negros y leonados, durante el año pasado. En este tendido, se instalaron balizas anticolisión, una solución que mejora significativamente la visibilidad de los cables eléctricos y reduce el riesgo de colisiones.
Además, en otras líneas eléctricas del entorno, se han implementado medidas anticolisión y contra electrocución en un total de 50 apoyos eléctricos. Estas acciones que han incrementado la seguridad para la avifauna, se encuentran dentro de un plan más ambicioso para modernizar las infraestructuras eléctricas, como el proyecto de renovación de 3,5 kilómetros de una línea de distribución en Campo Azálvaro, que sustituirá antiguos apoyos de madera y hormigón por estructuras metálicas más seguras con aislamiento polimérico.
El Colectivo Azálvaro apuntó que la colocación de los llamados 'salvapájaros' ha sido clave en la intervención. "Nos hemos decantado por un modelo de baliza que es el más avanzado del mercado, actualmente considerado como el más efectivo", precisó. Estas balizas giratorias, con capacidad de movimiento y material reflectante, generan destellos con cualquier tipo de luminosidad, incrementando su visibilidad en condiciones normales y también en situaciones de baja visibilidad, como niebla o lluvia. Además, estas características contribuyen a proteger a las aves de hábitos nocturnos.
Añadió que su misión es identificar y actuar en áreas con alta mortalidad de aves, especialmente en zonas cercanas a recursos de alimentación, donde se concentra un gran número de ejemplares. Campo Azálvaro, además de ser una ZEPA, es una zona de alta biodiversidad que atrae a muchas aves carroñeras. Esta concentración de aves, unida a la presencia de tendidos eléctricos sin protección, generó un escenario crítico que nos impulsó a tomar acción y colaborar con UFD para minimizar los riesgos.
El comunicado concluyó que este tipo de intervenciones demuestra cómo la colaboración entre ONG, empresas y administraciones públicas puede generar resultados tangibles en la conservación de la biodiversidad. La colocación de las balizas anticolisión, las medidas correctoras contra la electrocución y los proyectos de renovación de infraestructuras suponen un avance clave para proteger especies amenazadas.