El yacimiento arqueológico del cerro Tormejón, a escasos tres kilómetros de la localidad de Armuña, guarda en su subsuelo una joya oculta aún por descubrir. Las últimas campañas arqueológicas promovidas por el ayuntamiento de Armuña han puesto de manifiesto la existencia de una ciudad vaccea que ocupa más ocho hectáreas de superficie, en un extraordinario estado de conservación.
Prueba de lo antedicho es el descubrimiento de la que, probablemente, sea la muralla más grande y mejor conservada de todo el mundo vacceo. Con un centenar de metros de longitud, más de siete metros de espesor y una atura conservada intacta hasta casi los dos metros, esta gran construcción de piedra es una rara avis en una sociedad celtíbera que realizó la práctica totalidad de sus construcciones con tapial de adobe, lo que ha dificultado que perduren hasta nuestros días.
El hallazgo de multitud de restos cerámicos, así como de vestigios diseminados por todo el cerro, tanto dentro como fuera del castro amurallado, lleva a suponer que el cerro debió acoger, hace 2.500 años, a varios miles de habitantes, hasta su despoblamiento en tiempos de la conquista romana y su posterior repoblación en épocas tardorromana-visigoda y medieval.
De entre todas las piezas halladas en la última campaña de excavaciones, recién finalizada, destacan un plato ricamente decorado de cronología tardorromana-visigoda (en torno al siglo IV de la era actual) y un vaso cerámico campaniforme completo que, sin lugar a dudas, constituye una pieza de valor excepcional. Las cerámicas campaniformes son propias de la Edad del Cobre, lo que permite aventurar que el asentamiento de una sociedad en el Tormejón es muy anterior a la Edad del Hierro, de la que databan los vestigios más antiguos hasta que se produjo este hallazgo. Además, la rarísima presencia de estas piezas típicas de las regiones costeras en este yacimiento de la Meseta Norte atestigua la existencia de intercambios comerciales entre los habitantes vacceos del Tormejón y otros pueblos de la península Ibérica.
Las excavaciones en el Tormejón, dirigidas por el arqueólogo Raúl Martín Vela, han sido, hasta la fecha, financiadas exclusivamente por el ayuntamiento de Armuña, institución que se congratula profundamente de los excelentes hallazgos resultantes de esta campaña.
El cerro Tormejón, en el que además del extenso yacimiento arqueológico se ubica la ermita de Nuestra Señora de Tormejón, una de las escasas y mejores muestras del prerrománico en la provincia de Segovia, cuya declaración como Bien de Interés Cultural lleva dos décadas esperando a ser resuelta, es un enclave único en nuestra región, una cápsula del tiempo esperando a ser descubierta que, a buen seguro, aún guarda multitud de importantes secretos esperando a ser hallados.