Un año más se ha cumplido el rito de encerrar toros en Cuéllar. Con más o menos complicaciones, los cinco encierros de la villa han llegado a su fin, aunque de los 30 animales que los componen, seis por cada encierro, finalmente han sido 27 los que han hecho su entrada en las calles de la villa. El ciclo del 2024 deja encierros de diferentes tipos, complicados, divididos, incompletos, más o menos tranquilos, pero este año no ha habido un encierro modélico.
En líneas generales tanto el alcalde, Carlos Fraile, como las asociaciones valoran positivamente el ciclo de encierros. "Todas las personas han disfrutado y vivido con intensidad los encierros de Cuéllar que es lo que cuenta. Solo dos de las reses de Partido de Resina se han tenido que anestesiar. En general han sido encierros más o menos compactos y guerrilleros en el campo pero la reflexión final es que tanto caballistas como espectadores en el campo y público y corredores en las calles han disfrutado de los cinco encierros de Cuéllar", apunta el edil.
Los encierros han estado marcados por la limitación a 207 caballistas y Fraile, quien los sigue a caballo, considera que "ha funcionado". "La masa que conformaba casi 500 inscritos de 2023 hacía complicado conducir adecuadamente la manada y ha quedado acreditado que la limitación ha funcionado, ha servido para controlar mejor el encierro cuando la manada se ha partido", opina. No obstante, a partir de ahora analizarán las imágenes grabadas para evaluar actuaciones individuales y se valorará con el Consejo Sectorial para ver como se puede mejorar de cara a 2025 y si se pudiera ampliar el número de jinetes participantes.
Cuéllar cierra las fiestas con un desigual ciclo de encierrosDesde la Asociación Encierros de Cuéllar recogen en su informe final del ciclo y reafirma su presidente Jairo Martín, "hemos podido disfrutar de tres encierros bastante buenos y dos algo más deslucidos, regulares tirando a malos. Esos dos tipos de encierros con las mismas ganaderías habría que replantearlos porque llevan varios años saliendo malos en las calles y en el campo. La mayoría del público quiere que los encierros vayan unidos, corriendo y que se vea a la gente disfrutar". A pesar de ello, apunta que hay que continuar trayendo toros con vistosidad y grandes, y señalan que los toros que han llegado a la plaza no han acusado un excesivo cansancio por el campo ni se han quedado parados mucho tiempo en el recorrido.
En cuanto a la polémica limitación del número de caballistas, la Asociación Encierros de Cuéllar no está de acuerdo con su limitación ni la distinción por procedencia y consideran que la manera de solucionar esto sería esforzándose en una buena organización, regulación y colocación de cada grupo de caballistas.
La Peña Taurina El Encierro, en palabras de su presidente Francisco Salamanca, considera que el ciclo es de aprobado alto, y destaca el resultado de la ganadería portuguesa de Romao Tenorio. "Es bueno intentar mantener una línea de presencia de los toros que dan una imagen muy buena del encierro. Han estado bien, la gente tanto en el campo y las calles se ha comprometido con el encierro y en las calles más de 30.000 personas han disfrutado de los encierros de su pueblo, que es lo importante", añade.
En cuanto a la limitación de caballistas, Salamanca considera que "el número de caballos no importa, pero si tiene que haber un compromiso especialmente con los de Cuellar con poder dominar su encierro", e incluso apunta que se podría hacer una invitación a los caballistas, sean de donde sean, siempre que sean buenos encerradores.
Por su parte las asociaciones de caballistas se muestran de acuerdo en que en este ciclo de encierros de 2024 han faltado jinetes para ayudar a encerrar. "El ciclo ha sido un éxito, conseguir meter todos los toros excepto los dos de Partido de Resina que se intento muchísimo y no hubo manera, el resto ha estado bien", comenta el vicepresidente de la Asociación Amigos del Caballo, José Espeso que también reconocía lo complicado que es encerrar estas ganaderías e instaba a la organización a mirar otras más adecuadas para el traslado por el campo. A pesar del gran esfuerzo realizado por los caballistas considera que siguen faltando caballos. "Esto es un festejo popular, tenia que venir todo el mundo a participar. Igual que en las calles no se piden carnets ni números, en el campo tampoco. El caballista menos preparado toma sus precauciones y se aleja", explica con la intención de seguir manteniendo reuniones con el Ayuntamiento con el fin de que se pueda aumentar el número de jinetes a participar.
Luis Ángel García, de la Entidad de Promoción y Recreación Deportiva A Caballo, también considera que han faltado caballos y destaca el gran esfuerzo y entrega que han realizado los jinetes. Además pide al Ayuntamiento que abra la mano a más participación. García hace una valoración positiva del conjunto de los encierros ya que han entrado la mayoría de los astados. "Eran animales bien presentados y uniformes. Han entrado en buenas condiciones que también es lo que pretendemos los caballistas y nos hemos entregado", comenta. De los 207 inscritos, calculan ambas asociaciones que todos no han participado todos los días ni se han colocado en la suelta de los corrales del Cega.
El último de los encierros con reses de la prestigiosa ganadería Cebada Gago partía de los corrales del Cega con cinco astados ya que uno de los animales quedaba descartado al haber recibido un varetazo y tener daño en un ojo. Su traslado por el campo resultaba complicado especialmente por dos de las reses. Una buscaba separarse de la manada y la otra se arrancaba a los caballos. Tras conseguir agruparlos, llegaban a El Embudo diez minutos antes de lo previsto lanzando la carrera con mucha fuerza y una de las reses se marchaba por el lado derecho mientras el resto entraban en el recorrido disgregadas y creando situaciones de peligro a gran velocidad y arremetiendo contra el vallado. El buen hacer de los caballistas logra reconducir el quinto astado a las calles que avanza derrotando y con bastante fuerza hasta la Plaza de Toros. El parte de enfermería se atiende a un hombre de 80 años que se rompe la cadera tras caer de la talanquera.
El encierro del miércoles, con reses de Nuñez del Cuvillo, era el más accidentado tras dejar dos personas corneadas ya en la salida de los corrales del río Cega donde uno de los astados se marchaba hacía el lateral derecho y el público. El traslado por el campo era complicado con la manada disgregada y uno de los toros arrancándose a los caballos. El conjunto de las reses se dividía en dos grupos y el control de la manada resultaba complicado, tanto que la bajada por El Embudo se retrasa 10 minutos logrando que la reses bajasen tranquilas y unidas. En el recorrido por las calles la manada se va estirando permitiendo que los corredores puedan disfrutar de las carreras.
En las fiestas de Nuestra Señora del Rosario se celebran cinco encierros, pero este año bien podría hablarse de siete ya que tanto el martes como el domingo, en cada uno de los encierros, la manada se dividió en dos grupos de tres astados que con una diferencia de más de cinco minutos entre grupo y grupo, tardaron en entrar en las calles de Cuéllar. En el caso del encierro del miércoles, la ganadería portuguesa de Romao Tenorio se estrenaba en Cuéllar y dejaba un traslado dividido en el campo y entra en las calles en dos grupos con astados derrotando en las talanqueras. En ambos casos los mozos pudieron también disfrutar de buenas e intensas carreras debido a la rapidez y fuerza de los astados. No obstante, un corredor resultó corneado en el muslo al ser volteado en el tramo inicial de los Paseos de San Francisco.
El encierro del lunes, con reses de la ganadería de Partido de Resina repetía por tercer año consecutivo dejando el peor encierro de las fiestas. Aunque la salida de los corrales era rápida y agrupada enseguida varios animales intentan en varias ocasiones separarse y uno de ellos lo conseguía marchándose hasta el barrio de Dehesa Mayor a unos 7 kilómetros de Cuéllar. Este astado acaba siendo anestesiado y también ocurrirá lo mismo con otro que no entró en la zona de El Embudo. Este punto de llegada a la localidad fue crítico ya que la manada formada por cinco toros, volvió a bajar dividida con un astado que se da la vuelta y es finalmente dormido. Mientras en las calles, los corredores tienen dos encierros separados con dos toros cada grupo con espacio para correr en un encierro atípico.
Como novedad tanto en el encierro del lunes como en el del martes, la organización tuvo que utilizar los bueyes que se encontraban en un camión en la zona de El Embudo, previsto por si las reses se intentaban escapar y poder asi agruparlas. Este aspecto ha sido destacado como positivo por las asociaciones.
El ciclo de encierros se abría el domingo con los toros de la ganadería de Arauz de Robles que en 2023 fue premiada como la mejor del ciclo por la Asociación Encierros de Cuéllar, pero en este 2024 su resultado no fue tan bueno como en el año anterior. Fue un día de una afluencia de público en las calles y en el campo donde la manada tendía a dividirse y aunque se logró agrupar para bajar El Embudo, finalmente entró estirada en las calles lo que permite de nuevo que los corredores puedan vivir dos encierros en uno.
Otro de los elementos diferenciadores de estas fiestas respecto a años anteriores ha sido el tradicional baile de rueda que se celebra antes de la llegada del encierro a las calles. El domingo fue espectacular con una larga participación de gente bailando que no se recordaba desde hacía años y con hasta 17 dulzaineros. Tras unas semanas de descanso, la siguiente cita con los encierros en Cuéllar será el domingo 29 de septiembre con novillos de la ganadería de Aurelio Hernández.