El acuerdo comercial de la Unión Europea (UE) con los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) está pensado para crear una espacio de libre mercado que engloba a un total de más de 700 millones de personas. En principio, esto supone una buena noticia para cualquier empresa que realice transacciones internacionales entre ambos bloques y, de hecho, esa es la realidad para algunos sectores. Sin embargo, la rama agroalimentaria puede verse afectada por la competencia con alimentos que no se obtienen bajo los mismos requisitos productivos.
Recientemente, la Asociación Interprofesional Española de la Carne de Avícola (Avianza) ha avisado de algunas irregularidades a las que tendrá que enfrentarse el sector primario comunitario. En las últimas semanas, el sistema de alerta rápida para alimentos y piensos de la Comisión Europea (RASFF Window) ha emitido varias notificaciones de alerta vinculadas a productos avícolas procedentes de Brasil, lo que ha reavivado las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria que impera en los países del Mercosur. Estas alertas incluyen la detección de residuos de pesticidas y productos químicos clorados, que no están permitidos en la Unión Europea, así como la presencia de agentes patógenos como la Salmonella en productos cárnicos. Por esto se ha rechazado la entrada de ciertas partidas, pero Avianza advierte de que es imposible verificar el 100% de los embarques provenientes de Brasil o de cualquier otro país.
Desde la interprofesional quieren subrayar la importancia de reforzar los controles a las importaciones procedentes de países del Mercosur, especialmente ahora que, con el nuevo acuerdo, se podría incrementar la entrada al mercado europeo de productos provenientes de esos países. La creciente lista de alertas emitidas por la RASFF expone las vulnerabilidades del sistema de seguridad alimentaria de estos países y plantea serias dudas sobre la calidad y el cumplimiento de los estándares sanitarios exigidos en la UE.
Las amenazas del acuerdo con Mercosur - Foto: Patricia GonzálezAdemás, el reciente informe de la Comisión Europea 'Final of audit carried out in Brazil from 15 April to 3 May 2024 in order to evaluate the animal health controls in place, in particular on avian influenza in relation to export of poultry, eggs and their products to the European Union' pone en tela de juicio la capacidad de las autoridades brasileñas para diagnosticar de manera temprana focos de gripe aviar, una enfermedad que, si bien hasta el momento no supone una amenaza para la salud humana, es un enorme riesgo para el sector avícola. El documento advierte de que, aunque el sistema ofrece ciertas garantías sobre el cumplimiento de los requisitos de importación, la vigilancia sobre la influenza aviar altamente patógena podría no ser suficiente para detectar la enfermedad a tiempo, lo que aumenta las incertidumbres sobre el control de los productos exportados.
En este sentido, desde Avianza reiteran su preocupación por el impacto que tendría el acuerdo con Mercosur sobre el sector avícola europeo. Según el informe de Rabobank 'EU-Mercosur agreement: implications for food and agribusiness', dicho acuerdo permitiría la entrada de 180.000 toneladas adicionales de carne avícola desde Mercosur, lo que representa un incremento del 58% respecto a las importaciones actuales desde esta región y un 20% respecto del total de importaciones avícolas en la UE. Este aumento, junto a las deficiencias de los controles sanitarios brasileños, podría poner en riesgo la seguridad alimentaria europea y dar al traste con los estrictos controles que cumplen los productores comunitarios, como se refleja en la reciente declaración de España como libre de gripe aviar por la Organización Mundial de Sanidad Animal.
Frente a esta situación, Avianza insta a las autoridades europeas a valorar el impacto de estos productos en la salud de los consumidores y a priorizar la producción local de carne avícola, que cuenta con estrictos controles y certificaciones de calidad. Es fundamental defender la industria avícola europea, que garantiza una trazabilidad completa y cumple con las normativas más rigurosas de bienestar animal y seguridad alimentaria, ofreciendo a los consumidores productos seguros y de calidad superior, aseguran desde Avianza.
Las amenazas del acuerdo con MercosurMás sectores.
Desde Unión de Uniones resaltan que este acuerdo comercial representa una discriminación para el sector agrario de la Unión Europea, ya que no establece unas normas iguales de producción para los agricultores amparados por dicho acuerdo comercial. La organización lamenta que a los productores agrarios de la UE «se nos exige una serie de requisitos para poder producir para garantizar la seguridad alimentaria y el mantenimiento del medio ambiente, pero estas mismas normas no se aplican a los productos importados de los países que componen Mercosur. Para poner algunos ejemplos ilustrativos podríamos nombrar las importaciones de soja transgénica, productos producidos en zonas deforestadas, el uso de hormonas en las carnes o el empleo de fitosanitarios prohibidos en la UE como el arsenito sódico».
Los efectos del acuerdo sobre las producciones europeas van a suponer una reducción del potencial productivo de los veintisiete, que se verá sustituido por producciones de los países de Mercosur, menos rigurosos en la lucha contra el cambio climático y, por lo tanto, con un aumento de la huella de carbono tanto en la producción como en el transporte, aseguran desde Unión de Uniones. Añaden, además, que tampoco se cumple el objetivo enunciado por la UE de priorizar el mercado de cercanía o el de reducir la huella de carbono en los productos agrarios.
Para tratar de evitar esto, la organización agraria ha firmado un acuerdo con el Ministerio de Agricultura por el cual el Gobierno de España va a exigir que todos los pactos comerciales contemplen las llamadas cláusulas espejo, esto es, que se exijan las mismas condiciones de producción a los productos importados que a los producidos en la UE. En cualquier caso, en la práctica no parece sencillo que esto se pueda llevar a cabo dada la realidad productiva del bloque sudamericano, muy alejada de la que tenemos en la Unión Europea.
Unión de Uniones avisa de que, si se ratifica el acuerdo UE-Mercosur tal como está redactado, se van a experimentar nefastas consecuencias para el sector agrario en producciones tan importantes como el vacuno de carne, el arroz, el sector apícola o el cereal. Por este motivo ha solicitado a PSOE, PP, Vox y Podemos a que insten a sus eurodiputados a votar en contra de la ratificación de dicho acuerdo comercial en el Parlamento Europeo.
La posición de la UE.
Sin embargo, desde la Unión Europea se sostiene que los temores respecto al acuerdo por su posible impacto en el sector agrícola y agroalimentario están basados en datos incompletos o suposiciones erróneas. La Comisión Europea (CE) explica que el pacto entre los dos bloques ayudará a impulsar las exportaciones al eliminar altos aranceles sobre intereses exportadores clave de la UE, y de España en particular, como el aceite de oliva (primera partida de exportación del sector agroalimentario a Mercosur) o el vino.
Además, el acuerdo protegerá unos 350 productos europeos que tienen una indicación geográfica protegida contra la imitación en los países del Mercosur, como el jamón de Jabugo, el queso Manchego o el vino de Ribera de Duero. «Esta protección ayudará a estos alimentos a distinguirse, lo que permitirá a los productores fortalecer sus posiciones en el mercado en los países del Mercosur y obtener un precio premium», asegura la Comisión.
Respecto a la carne de vacuno, uno de los sectores que más ha alzado la voz contra el acuerdo, la CE asegura que no habrá acceso libre de impuestos a este producto, aunque admite que «se permitirá que 99.000 toneladas ingresen al mercado de la UE con un arancel del 7,5%. Por encima de esa cantidad, será de aplicación el arancel actual. Esta cuota representa una cantidad limitada en relación con la producción total de carne de vacuno europea y equivale aproximadamente a la mitad de las importaciones actuales del Mercosur, que ascienden a 196.000 toneladas (2023)», aseguran.
La UE también autorizará la importación de un contingente de 180.000 toneladas de carne ave a arancel cero. Esto representa el 1,4% del consumo total de la UE (una visión diferente a la de Avianza), es inferior a las importaciones actuales del Mercosur (240.000 toneladas en 2022) y es equivalente al aumento anual del consumo de carne de ave en la UE. Y en lo que se refiere al arroz, la Comisión recuerda que la UE no es autosuficiente y necesita importaciones. En virtud del acuerdo con Mercosur se permitirá que 60.000 toneladas de arroz ingresen a la UE libres de impuestos; esta cifra es inferior a las importaciones actuales procedentes del bloque sudamericano (100.000 toneladas anuales en promedio) y representa el 2% del consumo de arroz de la UE, mantiene la CE.
La Comisión añade que el acuerdo UE-Mercosur no va a dar entrada al mercado europeo de productos que no cumplen con las normas sanitarias de la Unión Europea. Todos los productos importados en la UE tienen que cumplir con las estrictas normas europeas para proteger la salud humana, animal y vegetal. El acuerdo con Mercosur no cambia este principio, concluyen, aunque este punto no lo ve claro el sector primario comunitario. La CE pone un ejemplo: «El uso de hormonas para la cría de animales que se van a destinar al consumo está prohibido, también para las importaciones: ningún productor que use hormonas en la cría de sus animales puede importar sus productos dentro de la UE». Sin embargo, las alertas de las que se ha hecho eco Avianza esta semana ponen en entredicho esta afirmación. Además, la Comisión no aclara nada sobre el uso de productos fitosanitarios prohibidos en territorio comunitario o sobre el cultivo de variedades transgénicas, que actualmente no se pueden sembrar en la Unión Europea (aunque, incomprensiblemente, sí importar).
En cualquier caso, y a falta de que se ratifique el acuerdo, habrá que esperar unos meses (o años) para poder ver las consecuencias de este pacto comercial. A pesar de las garantías que ofrece Bruselas, el sector primario no se fía.
Nuevos mercados.
Mercosur no es, ni mucho menos, el único espacio comercial en el que opera el sector primario de la Unión Europea. Además, los productores saben que diversificar clientes es una garantía y por esa razón trabajan para abrir nuevos mercados. Para ello, el Ministerio de Agricultura, en colaboración con las organizaciones interprofesionales del sector cárnico Provacuno, Interovic y Avianza, participa en Gulfood 2025 en Dubái para promocionar los productos españoles con el objetivo de fortalecer la exportación de carne de vacuno, ovino y avícola a los Emiratos Árabes Unidos y su área de influencia y, de esta manera, consolidar su posición en el mercado internacional. Gulfood es el principal punto de encuentro de la industria agroalimentaria en la región Measa (Oriente Medio, África y Asia Meridional) y reúne a 180.000 profesionales y 5.500 expositores de 129 países. España participa con un total de 169 empresas de diferentes sectores.