El óleo 'Misa de San Gregorio', pieza del mes del Museo

D.S.
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El óleo forma parte de la colección de piezas de la exposición '1474. Isabel, reina en Segovia'

El óleo 'Misa de San Gregorio', pieza del mes del Museo

El tema iconográfico de la Misa de San Gregorio es de origen italiano y se difundió por toda Europa en el siglo XV. Esta iconografía hay que entenderla dentro de una serie de tensiones existentes en la Edad Media en torno a la Eucaristía. El Papa Gregorio Magno fue renovador de la liturgia y de los textos sacramentales. La certeza de la muerte impulsó la celebración de las misas de difuntos para librar las almas del purgatorio, ya que la Eucaristía redime al hombre liberándole de la condenación eterna. Por ese motivo la imagen fue dotada de un significado funerario, al asociarse esta historia con otra relacionada con el santo en la que, al celebrar treinta misas por un monje que había muerto rompiendo el voto de pobreza, este se le apareció diciéndole que gracias a ellas había salido del purgatorio, lo que dio lugar a la celebración de las misas gregorianas en memoria de los difuntos para garantizar su salvación individual de su alma.

El mecenazgo de los Reyes Católicos

La escena representa el momento de la consagración de la Eucaristía por el Papa Gregorio Magno (540-604) un día de Navidad en la basílica romana de Santa Cruz de Roma. La escena que representa es el momento de la Transubstanciación, cuando el Papa Gregorio se arrodilla ante el altar en ese momento de la consagración. El Papa está acompañado de un cardenal y acólitos.

Pedro Berruguete es un pintor entre el mundo medieval y el moderno que gracias a sus inquietudes supo convertirse en un representante y precursor pictórico del clasicismo en Castilla y donde la 'Misa de San Gregorio' dejará una importante huella en otros pintores locales. La geometría espacial de la pintura, así como la arquitectura del fondo y la escultura decorativa, ponen de manifiesto el conocimiento de formas y composiciones del arte italiano del Quattrocento. Esta comunicación directa con Italia se debe al interés de Isabel I de Castilla (1474-1504) ávida en el saber e interesada en la cultura y el conocimiento. Los Reyes Católicos fueron protectores de la cultura clásica llamando a humanistas italianos para que ensañaran en la Corte. Gracias a ello y al mecenazgo y promoción artística de la élite castellana civil y religiosa, comienza a incorporarse en las artes un nuevo gusto procedente de Italia denominado "a la antigua", estilo artístico que se inspiraba en el de la Antigüedad romana.