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El Plan para el desarrollo urbano de Las Lastras, en información pública, incluye un estudio de integración paisajística, obligado para preservar las vistas en una ciudad con un casco histórico bien conservado en general, lo que propició hace ya más de cuatro décadas su declaración por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, y especialmente a lo largo del siglo XX, no siempre se han respetado a pesar del Decreto del Ministerio de Educación Nacional de 12 de julio de 1941, que amplió la protección que hasta entonces solo tenían ciertos monumentos a otros conjuntos históricos, al entorno del Acueducto (en un radio de 300 metros) y «a las vistas panorámicas de San Justo y El Salvador, así como las que se descubren desde los bellísimos miradores de la plaza del Alcázar y la Canaleja».

Las obras, en este momento pendientes de nueva adjudicación para continuar la construcción del futuro instituto de San Lorenzo, en la parcela conocida como 'Casa de Guardas', han motivado que un arquitecto haya remitido a El Día de Segovia una fotografía tomada desde el final de Vía Roma acompañada de un comentario donde advierte que su volumen obstaculiza las vistas protegidas de la ciudad amurallada y se pregunta por qué no se tiene en cuenta la protección de vistas. Sin embargo, en este caso se trata de una dotación educativa que el propio Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad incluye en ese suelo en concreto y con una altura máxima permitida de 12,40 metros en cuatro plantas. Así lo recoge el proyecto elaborado por encargo de la Junta. De hecho, hasta el momento, la obra ejecutada tiene la misma altura que el vecino Colegio de Educación Especial Nuestra Señora de la Esperanza.

Edificio con la obra parada junto al Acueducto desde 1983 a 2002. - Foto: Ical

No sería la primera vez, sin embargo, que un edificio dotacional público «estropea» la foto, pues voces autorizadas apuntan al Hospital Policlínico, a la antigua Escuela de Magisterio o la valla del Centro de Salud de Vía Roma.

Normativa. La protección de vistas está recogida, sobre todo, en el Plan Especial de Áreas Históricas (PEAHIS), donde, por otro lado, se regula la situación de edificios ya construidos pero que han pasado a considerarse fuera de ordenación - más de 25 aunque la mayoría fuera del recinto amurallado - o bien disconformes con el planeamiento urbanístico, lo que condiciona las intervenciones futuras. Entre estos últimos figura, por ejemplo, el conocido como edificio Sirenas, hoy Hotel Real, con fachada principal en la Calle Real (Juan Bravo, 30) pero fachada posterior y terraza galería al paseo del Salón. Abierto desde los años 50 del siglo XX, el PEAHIS indica que este hotel es «un desproporcionado y mal resuelto edificio-pantalla que altera completamente el perfil de la ciudad por ese lado».

Precisamente este edificio, y también la altura del Hotel Acueducto, en la avenida del Padre Claret, fue objeto de las alegaciones que Izquierda Unida presentó en 2016 al PEAHIS, más de una veintena, varias relacionadas con construcciones con volúmenes excesivos y, por lo tanto, que alteran el perfil o el paisaje de la vieja Segovia. En algunas coincidió con Amigos del Patrimonio, tal y como explica su responsable, Pedro Montarelo; por ejemplo sobre edificaciones en el barrio de San Marcos. Tanto esta asociación como IU, desde el Ayuntamiento, primero con Luis Peñalosa, y luego  con el actual portavoz municipal, Ángel Galindo, han sido muy combativos en este ámbito, por ejemplo con la conocida como Casa de la Parra o la rehabilitación del nº 4 de la plaza del Corpus, donde la Junta sancionó a la promotora.

Vista desde el mirador de la Canaleja. Dibujo de 1975 con los edificios de Las Lastras al fondo y al fondo, en construcción, uno del Frente de Juventudes que sería demolido antes de su finalización por el alto impacto visual. - Foto: José Luis García Fernández 'Segovia en el paisaje'

Otras denuncias por volumen excesivo de IU fueron las del Hotel Don Felipe (calle Daoiz y ronda de Juan II) y tres áticos (dos en el recinto amurallado, en Malconsejo e Infanta Isabel y otro en El Salvador, en San Alfonso Rodríguez). Por su parte, Amigos del Patrimonio llamó la atención, sin éxito, sobre un edificio de la calle de San Agustín, frente al Policlínico y unos apartamentos en San Millán que afectan a la vista desde la Canaleja: «dejó de verse el atrio de la iglesia», según Montarelo.

El más polémico. Pocas veces, sin embargo, las irregularidades han acabado en demoliciones o derribo. El caso más polémico, en el último tercio del siglo XX, es el del edificio situado en la plaza de la Artillería, con licencia otorgada en 1982 pero que el Ministerio de Cultura paralizó al año siguiente por su impacto sobre el Acueducto. Después de varias sentencias y el pago de cuantiosas indemnizaciones a la propiedad por el Ayuntamiento y, sobre todo, por la Junta, que además costeó el derribo de dos plantas todavía en obras, un convenio urbanístico permitió en 1997 el uso hotelero, además del residencial, y las obras, con la altura rebajada respecto al proyecto de los años ochenta, comenzaron a principios de este siglo XXI.

Las cerchas de la estructura de  la cubierta del Teatro Cervantes, en la etapa del alcalde Arahuetes o un elemento de la terraza del Hotel Acueducto, fueron asimismo retirados.

Antes, en los años setenta, se derribó un edificio público, el del Frente de Juventudes, en construcción en el entorno de Las Lastras.