La noticia de que la Policía Nacional está registrando un templo evangélico en Miranda de Ebro (Burgos) en busca del cuerpo de Marisa Villaquirán, una mujer desaparecida hace veinte años, coincide en el mismo día con la llegada a las librerías de 'Muerte privada' (Salamandra), la segunda novela del periodista y escritor segoviano Juan Carlos Galindo, que arranca con la reapertura a partir de una nueva pista del caso de Leticia Santos, una chica desaparecida, en la ficción, hace veinte años en los alrededores del Alcázar de Segovia. Es el regreso a la acción de Jean Ezequiel, el periodista y 'podcaster' apasionado de la investigación de crímenes protagonista de este libro y de 'Hontoria' (Salamandra, 2023), su presentación en sociedad y también la de su autor como novelista.
Tras haber convertido a Jean Ezequiel en el comisario veneciano Guido Brunetti de Donna Leon, según destacó 'El País', y haber aupado a Segovia al reino de los escenarios preferidos por los amantes de la novela negra, Galindo vuelve a insistir en los mismos ingredientes. «Jean es un personaje que está aprendiendo desde el principio, es un personaje falible. No es un superhéroe, no es un tipo súper intuitivo... Es alguien que está aprendiendo en la vida y en su trabajo y todo lo que aprende en 'Hontoria' y todo lo que le sucede en 'Hontoria' le cambia en 'Muerte privada'. Tiene más experiencia, está más desengañado, ha sufrido cosas y todo eso influye en cómo afronta la investigación en 'Muerte privada'», reflexiona Galindo, que vuelve a ser y a no ser Jean Ezequiel.
«Yo nunca he investigado sucesos porque precisamente el tipo de vida familiar que yo quería llevar era incompatible con el periodismo de sucesos. Por eso le pongo a él a hacer eso que yo nunca he podido hacer y que no pretendo hacer. Me parece súper interesante y me encantaría pero no», cuenta sentado en una de las mesas del restaurante La Concepción, una de las localizaciones que repite respecto a 'Hontoria'. Pero añade otras nuevas. «[Segovia] estaba muy por explicar todavía afortunadamente. Me interesa mucho esa parte de Segovia que, a pesar de que haya un turismo cada vez más más creciente, te sales de las rutas predefinidas del turismo y encuentra sitios súper agradables y tranquilos en los que no hay gente, como El Jardín de los Poetas, que además tiene unas vistas espectaculares. Jean Ezequiel transita esos caminos con la idea de buscar alternativas, de buscar paz y de buscar sitios donde reflexionar y empaparse de la realidad. Lo mismo pasa con los restaurantes. Meto Casa Comala, que es una joya y que me he arrepentido de haberlo metido porque ahora va a ser más complicado encontrar sitio», se ríe ataviado con su característico sombrero.
Un año y medio después de la publicación de su primera novela y cuando se encuentra presentando la segunda, Galindo remarca que ha aprendido a trabajar la ficción en todos los sentidos: «Tengo una aproximación clara –con un procedimiento muy concreto– a la ficción y en el reflejo de todo eso en la novela creo que también. Porque hay más capas, hay más significados, hay más metáforas, hay más sentidos interrelacionados... Creo que es una novela con más profundidad, con mejor estructura, con personajes que ya estaban en la anterior, con otros más desarrollados y con otros nuevos, como Teresa Trajano, que creo que aportan bastante».
Segovia ejerce como perfecto telón de fondo y no tan de fondo. «Es fundamental el contraste entre la belleza patrimonial y lo terrible de los crímenes, y luego está una cosa que me interesa mucho, que es el efecto sociológico sobre el tejido social de una ciudad pequeña que tiene un crimen, que no es para nada igual que en una ciudad grande. Aquí te vinculas de una manera completamente distinta porque, además, va a ser prácticamente imposible que no conozcas a alguien de los implicados o de las víctimas o de los perpetradores», remarca Galindo, que ya anuncia que habrá una tercera novela en torno a Jean Ezequiel.