Yeyo, la conciencia social

M.Galindo
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La muerte de Aurelio Quintanilla priva a Segovia de un referente en la lucha por los derechos sociales y en el apoyo a iniciativas solidarias

Aurelio Quintanilla - Foto: Rosa Blanco

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"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida. Esos son los imprescindibles." Así definía el dramaturgo alemán Bertolt Brecht a aquellos que hicieron del compromiso político y social una forma de vida, y con esta frase se recordaba en estos días a Aurelio Quintanilla Fisac, que fallecío el pasado lunes a los 81 años tras una larga y fecunda vida dedicada  a trabajar por  hacer del mundo un lugar más habitable y justo para todos.

Nacido en Segovia en 1944, muy pronto manifestó sus inquietudes sociales y culturales con su vinculación al Club Studio fundado por José Antonio Pérez Gallego en 1961, germen de la cultura democrática en una provincia anclada en la tradición y en el pasado. Maestro de profesión, ejerció durante tres décadas la docencia en el colegio de La Granja, siguiendo los pasos de su madre, maestra también, apostando siempre por la educación como una herramienta de cambio social. Así, puso en marcha en Segovia los movimientos de renovación pedagógica, que defendían un modelo de enseñanza pública, universal, democrática y laica que chocaba con el imperante, más conservador y vinculado a la religión católica; y reivindicaban la mejora en las condiciones laborales de los docentes y su acceso al profesorado.

De forma natural, Quintanilla iniciaba así su actvidad sindical como integrante del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza (STE) y posteriormente en Comisiones Obreras, donde su trabajo fue decisivo para impulsar la actividad sindical de esta organización en materia educativa en la provincia.
En paralelo a su actividad docente, Quintanilla ponía en valor su compromiso social a través de la política militando en el Movimiento Comunista, con el que encabezó la candidatura de este partido a las  elecciones municipales en 1979, donde a pesar de no conseguir su intención de integrar el primer ayuntamiento democrático comenzó a hacer visible su lucha política siendo asiduo en cualquier asamblea, manifestación o encuentro en el que expresar su posición siempre crítica pero manifestada siempre desde el respeto y el deseo de confrontar ideas en busca de un objetivo común.

De este deseo surge el Foro Social de Segovia, un marco de debate y expresión de ideas que promovió en 2003 y mantuvo durante muchos años, y que el pasado mes de septiembre le tributaba un emotivo homenaje para reconocer el esfuerzo realizado en este ámbito. También Quintanilla destacó por su apoyo a causas sociales, y junto al recordado Luis Yuguero creó la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, que ha servido no sólo para dar a conocer la lucha de la RASD por su independencia sino para dar una oportunidad de salud y alegría a decenas de niños saharauis que han encontrado en Segovia una nueva familia en la que poder disfrutar durante los meses de verano.  Incluso sus problemas de salud los aprovechó para seguir construyendo puentes de solidaridad, y puso en marcha la asociación Alcer, donde pudo hacer visible la necesidad de la donación de órganos y la concienciación sobre los problemas que padecen los enfermos renales.

La cultura fue otra de las ocupaciones de Aurelio Quintanilla, y especialmente su lucha por poner en valor la memoria democrática y la lucha de las víctimas del franquismo. Su tarea fue recompensada por la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, que le concedió la distinción de Académico Honorario.

En estos días, muchas han sido las personas y colectivos que han recordado a 'Yeyo'  - como era conocido comúnmente en Segovia- resaltando su incesante labor política, sindical y social. El portavoz municipal de IU Ángel Galindo, destacaba en sus redes sociales aseguraba que «El activimo social de Segovia se ha quedado huérfano. Se ha ido uno de los imprescindibles. Todo un ejemplo para quienes luchamos por la igualdad y la justicia social desde el convencimiento de que otro mundo es posible... Nuestro mejor homenaje es continuar tu lucha. Hasta la victoria siempre». Por su parte, el vicerrector del campus María Zambrano de la UVa, Agustín García Matilla hacía público también en redes sociales su condolencia y aseguraba que Quintanilla «vivió como pensó», y el artista Luis Moro publicaba un dibujo con la imagen del activista social  con la emotiva frase: «Adiós, Yeyo, buen viaje».

También los colectivos e instituciones que contribuyó a desarrollar hicieron público su pesar y el reconocimiento a una figura que permanecerá siempre en el recuerdo de los segovianos.

Estos ejemplos y otros muchos que estos días han poblado las redes sociales hablan por si solas del legado que Quintanilla ha dejado a una provincia a la que quiso teñir de progresismo y solidaridad hasta el final de sus días, porque aseguraba que mantendría su lucha «hasta que el cuerpo aguante».