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El año 2025 marcará un hito en la historia de la Fundación Rodera Robles, que cumplirá en esa fecha su treinta aniversario. El legado de Eduardo Rodera San Frutos y su esposa Rafaela Robles Cézar justificó la creación de esta institución dedicada a preservar y difundir la valiosa colección de obras artísticas que fueron coleccionando a lo largo de su vida y que constituyen un valioso tesoro actualmente protegido y conservado por la citada institución.
El patronato rector de la Fundación comienza ya a preparar lo que serán las actividades conmemorativas de un aniversario que tendrá el doble objetivo de difundir y poner en valor el patrimonio que atesora y consolidarse como uno de los contendores culturales más destacados de la capital.
Cualquier celebración que se precie pasa por buscar un buen traje de fiesta, y esto es lo que hará la Fundación para celebrar su treinta cumpleaños, emprendiendo obras en la Casa del Hidalgo, sede del Museo Rodera Robles para acondicionar su fachada y mejorar algunos aspectos destinados a su mantenimiento y conservación. De este modo, el histórico edificio, uno de loe escasos ejemplos que se conservan de la arquitectura civil urbana de finales del siglo XV y principios del siglo XVI volverá a recuperar el esplendor renacentista de su fachada y verá mejorada la canalización de las aguas que pone en riesgo la conservación de las cubiertas y elementos exteriores.
El secretario del patronato rector de la fundación, y coordinador de actividades y exposiciones Rafael Cantalejo, explica que la celebración del 30 aniversario de la constitución es la excusa perfecta para emprender unas obras que, lo que pretenden es realizar «un lavado de cara» al edificio con unas obras «que entendemos que serán sencillas y que no ocuparán mucho tiempo».
Además de la limpieza de la fachada, que se hará con arreglo a criterios de conservación y puesta en valor de sus elementos más característicos, la Fundación llevará a cabo el cambio de la banderola que luce en el exterior, muy deteriorada ya por el paso del tiempo.
De igual modo, los trabajos se extenderán a mejorar la canalización de las aguas que caen sobre lasvubiertas, con el fin de evitar que provoquen zonas de humedad en un edificio cuya configuración y situación le hace proclive a generar este tipo de problemas. En este sentido, Cantalejo señaló que la Casa del Hidalgo «es un edificio situado en una zona de umbría en cuyo interior además hay un pozo, lo que genera problemas de humedad que son muy difíciles de resolver, y por eso tenemos que mejorar la canalización de las aguas para paliar en lo posible esta situación».
El patronato de la Fundación está en la actualidad en la fase de análisis del proyecto más asequible, ya que las obras serán financiadas con cargo al presupuesto de la institución, y confía en poder iniciar las obras esta primavera, ya que sus características no comportan demasiado tiempo, en torno a seis u ocho semanas de trabajo, según explicó el secretario de la Fundación. De este modo, las obras no impedirán mantener abierta la actividad expositiva del museo, que actualmente abre sus salas a la obra fotográfica del belga Robert Guillon,
Cantalejo asegura que la Fundación puede asumir este gasto ya que «sabemos conservar y rentabilizar bien nuestros recursos», teniendo en cuenta que el 80 por ciento de la entrada al museo es gratuita, por lo que «tenemos que tener un presupuesto corto y muy medido que nos permita llevar a cabo el mantenimiento del museo y la realización de las actividades.
La Casa del Hidalgo es un palacio nobiliario construido en torno al año 1500 que perteneció primero a los Duques de Almenara y después a la familia de los Contreras, cuyos escudos nobiliarios se conservan visibles en el edificio. De características populares y con influencias mudéjares representa una vivienda hidalga de comienzos del siglo XVI.
Tiene dos plantas; en la inferior, a través del zaguán se accede a un pequeño patio, en torno al cual se desarrollan varios salones con sus techos de viguería, paredes con azulejos y enfoscadas de blanco.