Cuando el juego, concepto irrenunciable en su interpretación más pura, no llega para sacar adelanta un partido, en el Barcelona moderno resurge la épica. Al son de tambores de guerra, que advierten de la llegada del momento decisivo de la 'batalla', Ronald Araújo suele resurgir desde la defensa para tratar de salvar a su equipo. El uruguayo, por su espíritu luchador, resiliencia y capacidad para echarse el equipo a las espaldas, se ha reencarnado en José Ramón Alexanco o, aunque en el entorno azulgrana no guste, en un Sergio Ramos que hace de salvavidas cuando todo lo demás no es suficiente.

Araújo tuvo en elReale Arena un partido complicado. Xavi Hernández lo ubicó como lateral derecho, como en el clásico, con Joao Cancelo por delante, y en esa banda tuvo que frenar las acometidas de un Ander Barrenetxea muy incisivo. Sudó para controlar al de San Sebastián y no aportó demasiado por su banda, pero, cuando olió sangre, no perdonó.

Araújo se lanzó al ataque cuando observó que las fuerzas de una Real Sociedad que había superado y zarandeado al cuadro catalán comenzaron a decaer. Protagonizó el primer disparo a puerta de su combinado en el encuentro y, al borde de cumplirse en el añadido, remató un pase con música de Ilkay Gündogan para, pese al suspense que añadió el VAR, celebrar un tanto con un valor directo de tres puntos, algo que ya ha repetido en más ocasiones un zaguero con alma de delantero centro.

Decisivo

El uruguayo empezó a aparecer asiduamente en la primera plantilla del Barça en la temporada 19/20, pero fue a partir del curso 20/21 cuando perforó la primera red con la casaca culé. El 19 de diciembre de 2020 anotó el 2-1 contra el Valencia, en un duelo que el equipo azulgrana comenzó cayendo 0-1 y acabó empatando a dos. Esa misma campaña también vería a puerta frente al Getafe en el Camp Nou, pero su diana no sería decisiva en un duelo que los catalanes ganaron sobradamente (5-2).

El central rescató otra vez a los suyos el 20 de septiembre de 2021, ya que salvó los muebles en casa, ante un Granada que se adelantó, convirtiendo  el 1-1 en el 90. Tres meses después repitió actuación en el Pizjuán, marcando el empate con el que acabó un choque que se inició con un tanto del Papu. El curso 22/23 fue muy prolífico para el 'charrúa', ya que también sumó dianas contra el Atlético (4-2) y en el clásico en el Bernabéu (0-4).

 Por último, en la Copa del Rey también ha hecho acto de presencia un jugador con estrella, ya que fue partícipe, con el 0-1, del loco 3-4 que el Barcelona cosechó ante el Intercity el curso pasado.

Por todo eso, cuando las cosas no funcionan, Araújo resurge para salvar los muebles.