El equipo de restauración del Patronato del Alcázar ha culminado la restauración del Cristo Crucificado de la Iglesia de San Miguel, una pieza ubicada en el templo en el que en 1474 la reina Isabel la Católica fue proclamada Reina de Castilla.
Desde la iglesia de San Miguel, a través del conservador de la fortaleza, don José Antonio Ruiz Hernando, se solicitó al Patronato la colaboración para restaurar el Cristo Crucificado que, originariamente se encontraba en la primitiva iglesia de San Miguel. Durante dos años, las restauradoras del Alcázar, Ana Lourdes Blanco Díez y Milagros Torres Gete, han trabajado para devolver al Cristo Crucificado su esplendor original.
El proceso comenzó en el año 2021, con la evaluación inicial de la obra en su emplazamiento habitual en el interior de la iglesia de San Miguel. Se realizaron diversas inspecciones visuales para documentar el estado de conservación y, mediante la realización de fotografías de alta resolución, se identificaron diferentes daños, acumulación de suciedad, así como áreas de repintado previo.
También se tomaron muestras de materiales para análisis químicos y físicos, entre los que se incluía la microscopía óptica, con el fin de comprender mejor la composición y estructura de la obra original y los materiales de restauración previos. Posteriormente, en el taller de restauración, se realizó un análisis más exhaustivo y detallado de la obra.
Se evaluó la estructura interna y soporte de la talla, y el estudio de la capa pictórica con técnicas de estratigrafía para identificar capas superpuestas y áreas de repintado, así como análisis microscópicos para identificar pigmentos y materiales de pintura originales. Terminada esta fase, se procedió a una limpieza cuidadosa y controlada de la superficie, utilizando técnicas y materiales compatibles con la obra. La capa pictórica se consolidó y se aseguró su estabilidad; se identificaron, asimismo, las dos áreas de repinte y se llevó a cabo una eliminación controlada de estas.
Las áreas con faltas de soporte se reintegraron y se procedió a la restauración de las faltas de capa pictórica donde era necesario. La reintegración cromática se realizó mediante técnicas de rigattino y puntinato, utilizando acuarelas de alta calidad y pigmentos compatibles con la obra original. Para finalizar, en el año 2023 se ha aplicado una capa de protección a toda la obra para preservar el trabajo realizado durante la restauración y protegerla de futuros daños ambientales.
Una vez concluidos los trabajos de restauración, se ha realizado un escaneo de alta resolución de la obra, lo que permitirá realizar en el futuro, si se desea, un estudio detallado de esta, así como análisis científicos adicionales. Este proceso de restauración se ha llevado a cabo siguiendo los más altos estándares científicos y éticos de la restauración artística, garantizando la preservación y la autenticidad de la obra original mientras se mejora su estado de conservación y durabilidad.