Las agrupaciones socialistas de 'La Campiña', en Segovia, y de Arévalo, en Ávila, han mostrado su "más absoluto rechazo" a la instalación de una planta de biogás en el término municipal de Martín Muñoz de la Dehesa. Tal y como ha expresado David Gutiérrez, secretario general de la agrupación de 'La Campiña' y portavoz del PSOE en el Ayuntamiento martimuñocense, "nuestro rechazo, que es también el de la mayoría de los vecinos y vecinas de la comarca, viene motivado por las posibles implicaciones ambientales y sociales de esta planta". Además, ha advertido que "el procesamiento de residuos orgánicos plantea riesgos significativos para la salud pública y el medio ambiente local, tal y como señalan los expertos".
La planta, promovida por la empresa Nortiben, gestionaría 115.000 toneladas de estiércol y purín porcino y bovino, estiércol ovino y caprino, gallinaza y residuos agroalimentarios. "Quieren vender que van a ayudar a los ganaderos de la comarca con la gestión de los residuos a la que la normativa les obliga, pero ni siquiera ellos están a favor del proyecto", han explicado desde la Agrupación socialista de Arévalo.
Los socialistas de Arévalo consideran que esta iniciativa va a suponer una "seria amenaza medioambiental y un riesgo innecesario" para los vecinos y vecinas. A esta planta hay que añadir las que se están pretendiendo promover por otras tantas empresas, en las localidades de Palacios de Goda y Aldeaseca. Esta última a escasos mil doscientos metros del Polígono Industrial de Arévalo.
Al respecto, desde la Agrupación Socialista de Arévalo se resalta que estos proyectos parten de un concepto erróneo de lo que es la economía circular. "No estamos en contra de las plantas de biogás ya que pueden ser soluciones viables para pequeñas comunidades agro-ganaderas, para tener una gestión adecuada de sus residuos, pero estos centros no están pensados para barbaridades como esta. Hablamos de un modelo totalmente insostenible porque va a recoger según el proyecto concreto de Martín Muñoz de la Dehesa, más 165.000 toneladas de purines de cerdo al año, más 65.000 toneladas de restos del matadero y otros residuos de industrias agroalimentarias sin determinar.
Los socialistas martimuñocenses y arevalenses tampoco creen que vaya a suponer un acicate ni social ni económico para la comarca. "La propia empresa habla de una inversión de 8 millones de euros pero que solo generará una decena de puestos de trabajo. A cambio es muy posible que tengamos que soportar los malos olores, la contaminación del aire, suelo y agua, así como el impacto en áreas residenciales y espacios naturales sensibles. Creemos, por tanto, que todas estas razones justifican sobradamente nuestra negativa tanto a esta instalación como a las de Aldeaseca o Palacios de Goda", han concluido desde ambas agrupaciones.