Otro horizonte en las cárceles

Agencias-SPC
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El actual mapa de población reclusa etarra oficializa el final de la política de dispersión y sitúa a casi un centenar de presos de la organización cumpliendo penas en Euskadi

Otro horizonte en las cárceles - Foto: Jesús Diges

Casi un centenar de presos de ETA cumplen sus condenas ya en alguna de las tres prisiones del País Vasco. Son más que los 79 reclusos internos en otras siete comunidades. Fuentes penitenciarias de la Administración central y vasca, con las competencias en materia de Prisiones desde octubre de 2021, así lo detallan, dibujando el mapa actual de la población reclusa de ETA.

Según las asociaciones de víctimas del terrorismo, esta radiografía muestra la «liquidación» de la política de dispersión y comienza a confirmar sus augurios de que los acercados a Euskadi obtienen beneficios penitenciarios. Muy lejos de esta lectura, la red de apoyo a los presos de ETA, Sare, sigue reclamando el fin de la política «de excepción» y el acercamiento de todos ellos a cárceles de la comunidad autónoma vasca.

En total, 172 etarras están en prisión en España -93 en el País Vasco y 79 distribuidos en otras regiones-, mientras que 10 presos han obtenido recientemente la libertad condicional. Nada tiene que ver esta instantánea con la sacada hace más de una década, cuando la banda anunció su adiós a las armas.

Por entonces, ETA tenía entre rejas a casi 600 internos sometidos a una férrea disciplina que hacía impensable que se incorporaran a labores internas de la prisión, algo que hoy está más normalizado, por lo que, por ejemplo, puede verse a etarras barriendo módulos.

Un cambio para que el que ha sido decisivo que todos los presos hayan ido pasando de primer grado o régimen cerrado a segundo grado, el régimen ordinario de vida en prisión para el 99 por ciento de los encarcelados, independientemente del delito cometido.

Actualmente, conforme a los datos de la administración vasca publicados el pasado 1 de abril, en las cárceles de Basauri, Martutene y Zaballa, rebautizadas como «centros de Bizkaia, Gipuzkoa y Álava», respectivamente, hay 86 presos, entre ellos 10 mujeres. A esta cifra hay que sumar los otros siete reclusos cuyo traslado a algunos de estos centros fue acordado recientemente.

Con 43 presos es la de Álava, ubicada en Nanclares de Oca, el centro que cuenta con más reclusos de la organización. Esta cárcel es también la más grande de las tres -más de 770 presos- y la más nueva, ya que fue inaugurada en 2011. A ella fueron trasladados los etarras que se desvinculaban de la banda.

El mismo número de etarras que están en Zaballa suman las otras cárceles vascas: en la de Martutene (San Sebastián), con una población reclusa de uno 280 personas, están 23 presos de la banda, y en la de Basauri (Bilbao), con más de 320 reclusos y la más antigua -abrió sus puertas en 1964-, cumplen pena 20.

El resto de internos de ETA se distribuye en 10 cárceles de siete comunidades autónomas. Hace una década, los cerca de 600 presos se dispersaban en celdas de 44 centros. No hace falta echar la vista tan atrás para ver cómo ha cambiado la situación. Hace solo tres años las celdas andaluzas de nueve prisiones, las más alejadas a Euskadi, estaban ocupadas por un centenar. Desde julio de 2021, ya no hay ninguno.

Los más alejados son los cuatro etarras que están en Madrid, entre ellos Javier Garcia Gaztelu, Txapote, condenado por el asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco en 1997.