Mucha regeneración… pero excesiva manga ancha con los dictadores; tanta, que al mismo tiempo que el Parlamento Europeo preparaba una resolución, aprobada después, en la que reconoce a Edmundo González como presidente legítimo de Venezuela, González se vio obligado a explicar que ha podido recibir asilo político en España porque previamente firmó un documento en el que daba la razón a los jueces que afirmaban que era Maduro el presidente legítimo. Firmó por las amenazas de los hermanos Rodríguez, Delcy y Jorge, de que no saldría del país si no firmaba el documento, haciendo alusiones también a la situación en que pondría a su familia.

Los eurodiputados socialistas españoles votaron en contra de la resolución cuando ya conocían lo que había sucedido en la sede de la embajada, una vergüenza para los socialistas que creen que hay que aceptar lo que digan las urnas, sin trampas. Menos aún con chantaje de por medio. El gobierno español se ha cubierto de gloria.

La posición que mantiene el gobierno de España respecto a las elecciones de Venezuela causa auténtica vergüenza. El apoyo a un dictador que actúa al margen del respeto a los Derechos Humanos no es de recibo, menos todavía cuando lo avala el propio gobierno -progresista y de izquierda, dicen- que conoce muy bien lo que ocurre en ese país. Ha recibido a 200 mil venezolanos que huían de su país, invivible en todos los sentidos, y forman parte de los 6 millones de venezolanos que han abandonado todo desde que la llamada revolución bolivariana se hizo con el poder.

El regenerador Pedro Sánchez, el que pretende dar lecciones de ética y de cumplimiento de la ley, ha llegado mucho más bajo que cualquiera de sus predecesores; aunque cuenta con un gran aliado en Zapatero, muy vinculado al círculo más tenebroso que rodea a Nicolás Maduro. Que en la residencia de España se permita que se desarrolle una escena de chantaje en presencia de Delcy Rodríguez, una ciudadana que tiene prohibida la entrada en territorio europeo, y que sigue considerando a Maduro presidente aunque no ha presentado las actas, es absolutamente antidemocrático

El gobierno atraviesa momentos difíciles de aceptar. Se alinea con lo que pide o sugiere el presidente, empeñado en que apoyen a su familia, investigada por comportamientos que podrían haberse dado al margen de la ley.

En ese clima, son escalofriantes las informaciones ofrecidas por Edmundo González, que cuenta de verdad cómo se gestó la operación de trasladarlo a España y concederle asilo político. Acción que el gobierno presentó como ejemplo de solidaridad con un anciano en situación de peligro al empeñarse en que se aceptara el resultado de las urnas. Sabemos ahora que lo de Edmundo tenía trastienda: amenazas, chantajes, coacción… en la sede de la embajada española en Venezuela.

En algún momento alguien tendrá que exigir a Pedro Sánchez que está obligado a cumplir la ley. La regeneración real debe empezar por uno mismo.