La Defensa explota en la coalición

G.F. (SPC)
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El incremento del gasto militar abre brechas en los socios de Gobierno. Mientras Podemos e IU defienden no aumentarlo y la salida de la OTAN, Sumar atempera ahora sus reticencias iniciales y reclama superar «debates propios del siglo XX»

La Defensa explota en la coalición

En 2014, cuando era secretario general del PSOE, a Pedro Sánchez le preguntaron en una entrevista ¿Qué ministerio sobra y qué presupuesto falta? «Falta más presupuesto para la pobreza, la violencia de género y sobra el Ministerio de Defensa», fue su respuesta. Maldita hemeroteca, seguramente estará pensando en estos momentos. 

Ahora, con el tablero geopolítico vuelto del revés por la irrupción de Donald Trump en la Casa Blanca con su sorprendente acercamiento al Kremlin y su alejamiento de la OTAN, todos los países de Europa tendrán que incrementar de forma notable su presupuesto en Defensa. Y algunos, como es el caso de España, se verán obligados a duplicarlo, pasando del actual 1,28% del PIB a el 3% que ya le reclama la cúpula Atlántica, aunque el Ejecutivo se mantiene en el compromiso (ya insuficiente) del 2% para 2029.

El Gobierno de España se enfrentará en este capítulo a uno de sus grandes desafíos presupuestarios, si desea cumplir con las exigencias del gasto en Defensa. Nada menos que deberá rellenar una brecha de casi 28.000 millones… y no podrá ponerse de perfil.

Actualmente, nuestro país, que está a la cola del continente en este capítulo, destina un 1,28% del Producto Interior Bruto (PIB) a gasto militar, lo que equivale a unos 20.000 millones de euros, mientras que, para alcanzar el objetivo del 3%, sería necesario incrementar la inversión hasta en 27.400 millones de euros adicionales, lo que supondrá un esfuerzo muy significativo para las arcas nacionales. 

El sacrificio económico no irá solo. Este delicado asunto le ha explotado a la coalición como una bomba porque buena parte de los socios del Ejecutivo no apoyan este aumento de fondos para que el Ejército español haga frente a los nuevos tiempos marcados por la amenaza expansionista rusa y su nocivo ejemplo de que en el escenario internacional actual es aceptable poder conquistar territorios por la fuerza.

El nuevo marco coloca al presidente del Gobierno en una coyuntura endiablada porque en el ámbito nacional no tiene el apoyo de la mayoría de sus socios, pero tampoco puede permitirse no atender las demandas de la Alianza Atlántica ni sus resoluciones.

En todo caso, tras la humillante reunión (muchos lo llaman encerrona) del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, con Donald Trump en la Casa Blanca, la sensibilidad de algunos aliados del presidente parece estar cambiando.

Es el caso de Sumar, que ha atemperado sus posicionamientos iniciales de manera evidente en los últimos días. A comienzos del pasado mes de febrero, su líder, Yolanda Díaz, rechazó subir el gasto militar (en aquel entonces el baremo aún se situaba en el 2% del PIB y no en el 3% que será preciso para el rearme continental que pregonan la UE y la OTAN) y retó a votarlo en el Congreso. 

 Esgrimió que para lograr ese porcentaje habría que comprar armamento «a un país que es Estados Unidos». Entonces sostenía que lo que debía hacer Europa no es incrementar el gasto militar, sino «redefinir la propuesta política en materia de defensa» y resituar a la Unión Europea «entre dos ejes», China y EEUU.

Esta semana, cuando la prensa le preguntó directamente si Sumar es partidario de aumentar el gasto militar, la vicepresidenta segunda eludió responder, escudándose en que lo necesario es que la Unión Europea tenga «una posición propia que hoy no tiene» y obviando en que esa posición propia debe hacerse, sí o sí, con una inversión cuantiosa para suplir el hueco que dejará la desconexión militar con la Administración de EEUU.

En otro reciente gesto inédito que evidencia cómo ha detonado en la coalición el nuevo escenario geopolítico, Sumar se desmarcó claramente de Podemos e IU, que han vuelto a reclamar esta semana que España salga de la OTAN al tiempo que rechazaron frontalmente cualquier subida de la factura armamentística.

La secretaria de Comunicación de Sumar, Elizabeth Duval, recriminó la petición de Podemos e IU, al avisar de que el replanteamiento del papel de Europa en el mundo y su autonomía frente a Estados Unidos son asuntos de hondo calado que no se solucionan con «eslóganes» ni «debates del siglo XX».

Lo hizo después de que la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, y el secretario de Organización y portavoz de la formación, Pablo Fernández, insistiesen en reclamar al Gobierno de Pedro Sánchez no sólo la salida «inmediata» de España de la Alianza Atlántica, sino también el cierre de las bases militares de Estados Unidos en territorio nacional y acabar con el aumento de gasto militar.

En la misma línea, la responsable federal de Organización y Área Interna de IU, Eva García Sempere, también apremió al Ejecutivo a iniciar negociaciones para acordar la salida de España de la OTAN, al considerarla una «organización criminal que ha traído la mayor inestabilidad y sufrimiento a Europa y al mundo».

¿Salvavidas del PP?

Con buena parte de la oposición atrincherada en el no a aumentar el gasto en Defensa, Pedro Sánchez tendrá (ahora sí) que dirigirse al PP para llegar a un acuerdo que le permita sumarse a la gran coalición que impulsan tanto Bruselas como el Reino Unido para que Europa vuelva a ser alguien a tener en cuenta en el panorama mundial. De hecho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha anunciado ya una iniciativa para movilizar 800.000 millones de euros en gasto militar con su «plan de rearme» continental.