El discurso de Nochebuena del rey Felipe VI - el décimo desde que accedió al trono-, supuso una defensa clara y rotunda de la Constitución como garantía para que el clima de división que vive el país no termine erosionando de forma irreversible el modelo de convivencia en el que se ha cimentado la prosperidad y el entendimiento del país en el último medio siglo. El monarca apeló al cumplimento de la Carta Magna, porque si no se respeta la norma fundamental «no hay democracia posible ni ley, ni libertad, tan solo imposición y arbitrariedad». Felipe VI quiso centrar su mensaje en reivindicar el texto de 1978, que el pasado 6 de diciembre cumplía 45 años, para poner de relieve que es «el mejor ejemplo de la unión entre españoles».
En su primera década de reinado, don Felipe ha tenido que enfrentarse a situaciones muy delicadas -la actual es una de ellas- y en todas ha dejado patente, manteniendo una exquisita neutralidad institucional, que la defensa de la igualdad ha de hacerse desde la clarividencia en el discurso.
Tal y como era de esperar, esa exposición tan nítida del soberano en la víspera de Navidad fue criticada por los portavoces de los partidos que hicieron posible la investidura de Pedro Sánchez y de los que depende la actual legislatura. No solo por las formaciones nacionalistas e independentistas, cuyas valoraciones siempre están cargadas de apriorismos y lugares comunes que se repiten tras cada comparecencia del rey, también los voceros de Sumar, la coalición de la vicepresidenta Yolanda Díaz, han cargado contra un mensaje que defendía sin concesiones la igualdad de todos los ciudadanos.
Frente a esas reacciones de los partidos que desprecian la Constitución y sus logros, vuelve a emerger de nuevo el papel de la Corona y la figura de un monarca que también apeló en su alocución a la capacidad que ha demostrado la sociedad española para afrontar grandes adversidades. Puso como ejemplo el comportamiento cívico demostrado durante la pandemia, y también quiso recordar el «coraje, la dignidad y los principios frente al terrorismo» de ETA, además de la defensa de los principios constitucionales cuando estos han sido puestos en peligro.
El de este 2023 ha sido uno de los mensajes más comprometidos de don Felipe, pero, como ya ocurrió tras el referéndum independentista del 1-O de 2017, el monarca ha vuelto a demostrar su coraje y convicción en la defensa de unos valores que están por encima de cualquier interés partidista. «Debemos tomar conciencia del gran país que tenemos, para así sentirlo más y cuidarlo entre todos». Una frase del discurso que las principales fuerzas políticas deberían hacer suya.