El café y la montaña en 250 gramos

Sandra Segovia
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Adrián Herranz ha apostado por montar un negocio en el que aúna la compra del café, su tostado y la venta del producto final

El café y la montana en 250 gramos - Foto: Rosa Blanco

«Un buen día comienza con una sonrisa y un café». Esta cita probablemente sea aplicable a un gran abanico de la población, y es que el café entra en el podio de las bebidas más consumidas a nivel mundial, junto al agua y el té.

Hay muchas teorías sobre la relación entre el café que una persona consume y su personalidad, aunque si nos remontamos unos años atrás, la psicóloga clínica Ramani Durvasula revelaba un estudio en en el participaban mil personas llegando a la conclusión de que es cierto que el tipo de café que bebemos puede revelar ciertas características de la personalidad.

Así, descubrió que entre las personas que piden cada tipo de café predomina una serie de rasgos de personalidad. Los bebedores de café solo son pacientes, eficientes y tranquilos, pero también resistentes al cambio, abruptos y desdeñosos. Aquellos que consumen café con leche o cortado suelen ser más conformistas, atentos, generosos y cuidadosos, pero algo pesados y no siempre cuidan de sí mismos. Los bebedores de café con hielo o mezclado en batidos o con alcohol son personas influyentes, con fuertes vínculos sociales y a las que les gusta probar cosas nuevas; espontáneos e imaginativos, pero también imprudentes. Las personas que piden el café de manera compleja, ya sea descafeinado, con leche de soja, sacarina, en vaso, etc. Suelen ser obsesivas, perfeccionistas y preocupadas por su salud. Por último, los amantes del café instantáneo por regla general son personas relajadas, nada detallistas y malos haciendo planes.

El café y la montana en 250 gramosEl café y la montana en 250 gramos

Cada persona es un mundo, al igual que cada café y su forma de consumirlo. Así lo pone de manifiesto Adrián Herranz, un joven segoviano de tan solo 26 años que ha descubierto recientemente su pasión por el café. La pandemia sanitaria por la Covid-19 trajo muchas cosas malas, pero en este caso nos quedaremos con lo bueno. «El aburrimiento en la pandemia hizo que me empezara a interesar el mundo del café. Yo entonces estaba estudiando y me salían muchos anuncios relacionados con el tema, así que me empecé a interesar por ello».

Así, entre unas cosas y otras acabó sus estudios de Comercio Internacional y se decantó por realizar su Trabajo de Fin de Grado sobre el proceso de creación de una empresa que aunara cafetería y tostado del café en La Granja. Una idea que finalmente se hizo realidad en un local ubicado en la calle Alijares, 21 del Real Sitio de San Ildefonso bajo el nombre de 'Guadarrama Coffee Roasters'. A pesar de ser su pasión, por el momento lo tiene que compaginar con su trabajo como informático. «Ahora mismo no es rentable, pero en un futuro me gustaría vivir de ello», apunta.

El proceso que lleva a cabo es totalmente manual. Desde el tostado del café hasta el envasado y etiquetado de los productos. Y es que además de ser barista, también vende sus cafés a través de su página web. «Compro los sacos de café en verde de entre 20 y 70 kilos. Aquí los tuesto yo mismo en lotes de unos 400 gramos, los envaso el bolsas de 250 gramos y las etiqueto a mano». La procedencia del grano es diversa, desde Colombia hasta Kenia, pasando por Brasil, Perú, Costa Rica y México. Así, dispone de ocho variedades de café con nombres que reflejan el amor de Adrián por la montaña: 'Aneto', 'Siete Picos', 'el Chorro Chico', 'el Reventón', o 'Peñalara', pero también de los pueblos que rodean la zona como 'La Granja' o 'Valsaín'. El último es el más especial para él, 'Cabanillas del Monte' su pueblo y un homenaje a sus abuelos.

Pero llegar a hacer esto no es tarea fácil. Primero tiene que elegir el proveedor al que quiere comprar la mercancía, quien le manda una serie de muestras de distintas plantaciones y, a través de una cata brasileña selecciona el producto. «Cada café es único», explica, lo que supone ventajas pero también inconvenientes. «Según qué café, es posible que no pueda volver a comprarlo porque ya no lo ofrezcan. Esto es lo que me ha pasado con 'el Chorro Grande'. Ha habido 20 kilos, pero ya no hay existencias porque la plantación no da el mismo producto».

A todo esto se suma que Herranz ha participado en varios Campeonatos de AeroPress, un evento en el que los competidores deben elaborar, con el mismo café, una receta con únicamente el agua y el café como ingredientes que será puntuada por los jueces. «Tienes que ir variando la cantidad de café, la cantidad de agua y la temperatura del agua, además del tiempo», revela. Cuatro factores que, si juegas bien con ellos, te darán el pase a las clasificaciones nacionales, como fue el caso de Herranz en el año 2023.