La lengua de signos encontró su lugar en la música

SPC
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Conchita García trabaja como intérprete de lengua signos desde hace más de veinte años y desde 2019 cuenta con un proyecto personal que le permite acercar la música a las personas sordas

La lengua de signos encontró su lugar en la música - Foto: Ricardo Ordóñez ICAL

Los integrantes de la M.O.D.A no fueron los únicos protagonistas del concierto que ofrecieron en junio de 2023 en Burgos. En plenas fiestas de Sampedros, la intérprete de signos Conchita García se ganó el cariño de todos los burgaleses-y fanáticos desplazados desde otras provincias- en el que sería el último concierto que la banda burgalesa ofrecía en su ciudad natal antes del parón del grupo. Al grito de '¡Conchita, Conchita!' y elevando sus manos en un aplauso silencioso, los asistentes agradecieron a la intérprete su labor.

Y no era para menos. Subida en una plataforma situada al lado del escenario, García interpretó con emoción y cariño todas y cada una de las canciones del septeto burgalés. Una experiencia que repitió unos meses después en el WiZink Center de Madrid, durante el concierto de despedida de la banda. Allí volvieron a corear su nombre.

García reconoce, como burgalesa, el especial cariño que tiene a la M.O.D.A,  sin embargo no han sido los únicos artistas que han querido acerca su música a las personas sordas, y que han contado con Conchita para ello. Sidonie fue otra de esas bandas, al igual que el festival Tribu o el In Festival.

Este importante papel de García como intérprete de canciones comenzó en su cuenta de Instagram, la cual utiliza para compartir vídeos donde signa canciones de bandas y artistas conocidos. "Con este proyecto quería aunar las dos cosas que más me gustan: la música y la lengua de signos", señala García, que afirma que buscaba así "derribar" el mito que se tiene a veces sobre las personas sordas y la música.

Un trabajo que lleva a cabo desde 2019 y que le ha otorgado un gran éxito. Su nombre llegó incluso hasta artistas como Rozalén y su compañera intérprete Beatriz, que han contado con Conchita García en más de una ocasión. De hecho, ha participado en el festival Leturalma, que organiza la cantante albacetense en su pueblo natal. "Rozalén y Beatriz Romero han abierto un gran camino y nos han abierto las puertas a muchas de las que vamos detrás", añade la intérprete.

García con más de veinte años de experiencia como intérprete de signos, trabaja también con la Asociación de Familias de Personas Sordas de Burgos (Aransbur), dentro del área de sensibilización.

Desde esta entidad ofrece una gran cantidad de servicios, y participa en talleres de sensibilización en centros educativos, lleva a cabo cursos de lengua de signos tanto en la universidad como en centros cívicos, e incluso cursos destinados a familiares de los niños y niñas sordos de la asociación. A esto se suman los servicios de interpretación que van surgiendo en Aransbur, que a veces son "más administrativos", y otras suponen "echar una mano a la compañía", en servicios laborales o culturales.

Avances y mejoras

García explica además cómo ha cambiado el perfil de personas sordas con los años. "Por ejemplo, ahora la mayoría de los niños llevan implante coclear", apunta. Los avances de las nuevas tecnologías han permitido mejorar la calidad de vida de las personas sordas, y ahora cuentan con apoyos como los bucles magnéticos o el subtitulado. "Si hablamos de hace 50 años, muchas de mis compañeras hablan de experiencias en el ámbito educativo muy distintas", continúa García.

Recuerda así que hace 50 años la lengua de signos estaba incluso prohibida en los colegios y "no podían signar, porque les obligaban a oralizar", lamenta. Los cambios en la sociedad son muchos, tanto que ahora la lengua de signos "está de moda", tal y como afirma la burgalesa. "Recibimos muchas peticiones de personas interesadas en aprender lengua de signos", señala con orgullo.

Sin embargo, pese a los avances en materia de sensibilización con las personas sordas, y pese a que cada vez hay más eventos culturales que tienen en mente el uso de intérpretes, subtitulados o incluso otras medidas de accesibilidad, todavía queda mucho por hacer.

"Ahora hay que dar el siguiente paso", señala García. Si un festival cuenta con intérprete de signos, debe colocarla en el escenario o en una plataforma pegada al escenario. Lo mismo ocurre con el subtitulado, es importante que también recoja las intervenciones habladas entre canción y canción, "Hay que cuidarlo también, porque las personas sordas también quieren enterarse", apostilla García. Para lograr esto, es necesario hablar con las entidades adecuadas, como Aransbur, que tras muchos años en este ámbito es un referente en Burgos y Castilla y León en el trabajo con personas sordas.

Sin embargo, los eventos culturales no son el único ámbito en el que se necesitan mejoras. Profesores, policías, guardia civil, médicos o enfermeros son algunas de las profesiones que también deberían tener unos "conocimientos mínimos" sobre lengua de signos y accesibilidad, dado que trabajan en ámbitos o con colectivos "muy sensibles".