El sector empresarial de Segovia requiere de ayudas "más flexibles y eficientes" y de la formación específica para implementar medidas y prácticas de economía circular para la transición a modelos de producción más flexibles.
Es lo que se desprende de la segunda encuesta realizada por la Federación Empresarial Segoviana dentro de las actuaciones de difusión y promoción del IV Acuerdo Marco para la Competitividad y la Innovación Empresarial de Castilla y León 2021-2027, según informa la patronal segoviana en una nota de prensa.
Tras un primer estudio desarrollado para conocer el grado de digitalización de las empresas segovianas, durante los meses de octubre y noviembre, FES ha llevado a cabo una segunda encuesta para ahondar en el nivel de implantación de la economía circular en el entorno empresarial de la provincia de Segovia.
En palabras del presidente de FES, Andrés Ortega, "este tipo de estudios es prioritario para conocer en qué grado de implantación de medidas medioambientales se encuentra el sector empresarial, puesto que debemos prepararnos para operar en un entorno respetuoso con el medio ambiente y, para ello, adaptar nuestros procesos productivos con la progresiva reducción en la generación de residuos y el fomento de los controles y certificaciones de calidad.
La metodología seguida ha sido un formulario online constituido por un total de 17 preguntas relacionadas con aspectos sobre medioambiente, movilidad sostenible, huella de carbono, normativa y certificaciones ambientales y energéticas o gestión de residuos.
En esta ocasión, se han realizado más de 1.350 llamadas telefónicas y se han recopilado un total de 105 formularios válidos que representan a todo el tejido empresarial de la provincia de Segovia, con una mayor representatividad de la industria agroalimentaria (19%), el comercio (14%) y los servicios profesionales (14%).
Los resultados reflejan que el 71 por ciento de las empresas encuestadas carece de personal cualificado en medioambiente y el 70 por ciento cree no necesitarlo. En cuanto a movilidad sostenible, un 61 por ciento de los encuestados considera que la implementación de la Zona de Bajas Emisiones no reducirá el flujo de su negocio y su logística y un 70 por ciento considera todavía escasa la oferta de vehículos conectados (eléctrico, hidrógeno,…), mientras que el 78% cree necesario el diseño de incentivos para la adquisición de este tipo de vehículos.
Con respecto a la medición de la huella de carbono, un 66% de las empresas encuestadas no dispone de medidas para cuantificar su emisión de gases de efecto invernadero, frente a un 5% que sí y un 3% que considera necesario un estudio previo para su establecimiento.
En cuanto a normativa y certificaciones ambientales, como es el caso de la ISO 14001, la etiqueta ecológica o el sello de carbono neutro, un 51% del sector empresarial cree que es excesiva y dispersa y un 48% considera que se solapa o contradice con otras normas; aunque el 48% también valora como adecuada su implementación para realizar una correcta gestión de su actividad. Por su parte, las certificaciones energéticas también cuentan con un escaso nivel de implantación, ya que el 81% de los encuestados carece de ellas.
En lo que se refiere a la gestión de residuos, el 54% de las empresas encuestadas sí realiza un análisis de su flujo de residuos y el 93% consideran que sí tienen identificado los residuos que se pueden reciclar, reutilizar y valorizar, sin embargo, sólo ha diseñado nuevos procesos basados en la eco-innovación el 12% de los encuestados, el 8% de las empresas han rediseñado sus productos en base al ecodiseño y un 6% utiliza ecoetiquetas.
Además de estos datos, la encuesta refleja que una de las mayores dificultades para llevar a cabo la transición hacia una economía circular es la escasez de subvenciones correctamente adaptadas a las necesidades de las empresas para poder acometerla y el gran desconocimiento sobre la propia definición de economía circular, por lo que gran parte del empresariado demanda iniciativas de formación específica al respecto.