Unión de Campesinos califica 2023 como un año "nefasto"

Sandra Segovia
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La agrupación ha hecho balance del año que ha finalizado catalogándolo como «nefasto» por los altos costes de producción, la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica y la sequía

Unión de Campesinos califica 2023 como un año "nefasto" - Foto: Rosa Blanco

Unión de Campesinos de Segovia ha realizado un balance del año 2023 tanto en la agricultura como en la ganadería. El año que finaliza ha sido considerado por el presidente de la agrupación, César Aceves, como «nefasto» en ambos sectores.

A pesar de que Aceves revela que la campaña empezaba con buenas esperanzas de producción a pesar del lastre de los costes, los que ha calificado como los «más caros de la historia», éstas expectativas se fueron desvaneciendo en primavera debido a la falta de precipitaciones. « Cayó una pequeña tormenta en el mes de junio pero al sector cerealista no nos solucionó nada porque la planta ya estaba desarrollada, por lo tanto, en verano comprobamos que no había solución. Ha sido un desastre», lamenta.

En lo que respecta al forraje, el presidente explica que el primer corte fue «un gasto de dinero para no recoger nada», mientras que durante el segundo «se pudo recoger más o menos lo que se venía recogiendo en un año normal pero con el doble de gastos porque tuvimos que segar y recoger dos veces». En cuanto al girasol la campaña se desarrolló  «con normalidad».

En el sector ganadero el año no ha ido mejor. «Las cosas venían normales hasta que llegó la primavera y se complicó todo porque no llovía, eso se traduce en que nos quedamos sin pastos y los ganaderos se vieron abocados a comprar forzosamente paja y el precio se disparó». Es por esto que Aceves denuncia que los ganaderos hayan tenido que pagar un precio por la paja «desorbitado», a lo que se suma una campaña del cereal «catastrófica». «En cifras de la Comisión Estadística de Segovia ha habido una producción media de 1.600 kilos, lo que quiere decir que hemos bajado el rendimiento respecto al año pasado en un 50 por ciento, y eso que el año pasado fue malo».

A todo esto se suma que el sector vacuno se ha visto afectado desde verano por la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) y la tuberculosis bovina y Aceves lamenta que desde las administraciones conocieran el problema y hayan estado «a la sopa boba». «En el mes de agosto ya teníamos casos en Segovia y esos casos se intentaron tapar pero la gente que sufrió esos casos ha estado señalada, no sólo por la administración sino también por sus compañeros que entendían que sacar a la luz ésto era un problema, cuando luego se ha demostrado que no, que lo que había que hacer precisamente era sacarlo a la luz. Y ahora los ganaderos siguen sufriendo no sólo porque se mueran animales, sino porque la administración no plantea medidas». Además, Aceves critica que el que «la Junta de Castilla y León ponga seis millones de euros encima de la mesa suean muy bien, pero si miras la letra pequeña y ves el número de explotaciones, te das cuenta de que cada explotación toca a 1.800 euros, que al final no llega a nada. Y es que cuando desde éste sector se pide dinero a la administración es porque somos un sector subvencionado porque así nos lo han impuesto. Necesitamos dinero para producir», remarca.

Para finalizar, el presidente de Unión de Campesinos señala que la gente está preocupada tras «un 2022 malo y un 2023 nefasto» y hace hincapié en el «insuficiente o nulo apoyo de la administración, la cual sigue utilizando este sector como un juguete roto». «Nos están utilizando para hacer política, y a nosotros la política nos importa una mierda, nosotros lo que queremos es que nos paguen por nuestros productos lo que nos tienen que pagar».

Además, Aceves ha mandado un mensaje a los consumidores: «Al final el intermediario es el que se está quedando con el dinero. A los que producimos nos llega poco o no nos llega, y  los que consumimos pagamos un precio desorbitado por el producto», un problema que achaca a la falta de transparencia en la cadena alimentaria y avisa de que «en los lineales de los supermercados se coloca el producto estándar del consumidor, pero que el  producto que se desecha porque no está perfecto va metido en el precio del producto perfecto», por lo que advierte de que «a lo mejor nosotros también somos un poco culpables de que los precios de los productos estén como están».