El alcalde, José Mazarías, ha admitido que los trabajos de la campaña de otoño para la limpieza de los más de 4.700 imbornales de la red de alcantarillado de la ciudad se están desarrollando de forma más lenta que lo previsto porque «nos hemos encontrado algunos que llevaban décadas sin haberse limpiado, donde han enraizado plantas y las raíces se han extendido por la tubería». Eso impide la aspiración con el camión especializado, lo que ralentiza las jornadas de trabajo.
Si la previsión inicial era de 10 minutos para la limpieza de cada imbornal, en algunos casos se ha llegado a tardar una jornada entera, en otras se han limpiado tres o cuatro y «la más productiva fueron 19», según Mazarías, quien asegura, ante las críticas de la concejal de Ciudadanos, Noemí Otero, que «mantenemos la fórmula de trabajo», de manera que tras este primer ciclo se llevará a cabo otro en primavera y confía en que entonces los trabajos de mantenimiento se desarrollen con normalidad.
El departamento de Sostenibilidad Ambiental, a través de la empresa concesionaria FCC del servicio de limpieza, ya ha actuado en 385 de estas infraestructuras desde mediados del pasado mes de octubre.