Un paseo por los modelos más emblemáticos de Lancia

SPC
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Heredera de un legado con pocos en el mundo del automóvil, la marca cree en los avances técnicos y estéticos sin olvidar los grandes modelos clásicos

Un paseo por los modelos más emblemáticos de Lancia

Una visita al Heritage Hub de Stellantis en Turín es una oportunidad única para poder contemplar la gran evolución del automóvil en el último siglo. Con sus modelos clásicos, Lancia sobresale por la elegancia y la belleza atemporal, inconfundiblemente italiana, de los vehículos que han forjado sus 119 años de historia.
En la actualidad, las líneas elegantes del Ypsilon le han convertido ya en un automóvil icónico en el segmento B Premium. Como en el mejor diseño italiano, combina las tendencias más futuristas, como el nuevo vocabulario estilístico del lenguaje Lancia Pu+RA, con lo mejor de la tradición y la historia, con evocan a modelos míticos como los Aurelia o Flaminia. Todo un ejemplo de la identidad Progressive Classic que identifica a la marca.
Como homenaje a su legado histórico, en la silueta del Ypsilon brillan formas suaves, elegantes, puras y sensuales heredadas de mitos como los Aurelia y Flaminia. En la zaga, los faros LED redondos con la tecnología de iluminación más avanzada son un guiño al Stratos, mientras que el nombre del modelo en caligrafía sigue la estela de los Fulvia, Flavia o Flaminia. 

Atemporal: el Aurelia

Lanzado en 1951 con la versión B10, una prestigiosa berlina con soluciones de diseño innovadoras en materia de aerodinámica o configuración de las puertas, el Aurelia, más de siete décadas después de su llegada al mercado, sigue considerándose como un referente de la elegancia italiana gracias a su línea descendente en ambos flancos. Producido en cuatro variantes, entre ellas el Coupé B20 y pionero de la configuración 2+2, sigue fascinando por sus líneas depuradas.

Flaminia, el buque insignia

Comercializado entre 1957 y 1970 en carrocerías berlina y coupé, el Flaminia definió los grandes rasgos de la berlina elegante y exclusiva, sumando a la ecuación líneas innovadoras y un interior lujoso. Diseñado por Pininfarina, dejó su  sello por varios elementos distintivos como su gran entrada de aire sobre el capó, que le da un aire radical que contrasta con el refinado perfil cromado que parte del marco del techo y recorre la aleta trasera.
Considerado como un símbolo de la era de la Dolce Vita, su versión 335, con silueta Landaulet, es el automóvil oficial de las grandes ocasiones y una de las grandes joyas del parque móvil de la presidencia de la República Italiana.

Fulvia Coupé, luminoso

Esta versión ágil y deportiva del Lancia Fulvia (1963), llegó a las calles dos años después que la berlina. Llamó la atención por su habitáculo bañado en luz, gracias a amplias ventanas y a la inclinación de su parabrisas y su luneta trasera que, además, aseguraba una visibilidad prácticamente sin rival.

Beta HPE, el familiar

En 1975, Lancia demostró que era posible crear un automóvil de carrocería familiar con la altura de un deportivo, un diseño armonioso y la amplitud interior que se exige a este tipo de vehículos. Nacía el Beta HPE. Entre sus grandes hallazgos estéticos, destacan su portón inclinado y la veneciana que protege de los rayos solares en el pilar trasero.

Gamma Coupé, un salón

El año siguiente, el Gamma Coupé causó sensación por su mezcla de estilo clásico en el exterior y apuesta por el diseño moderno en e interior. El habitáculo destacó por su aire acogedor y confortable, con materiales de alta calidad y toques de refinamiento.

Trío de ases

El Stratos, el Rally 037 y el Delta son un tridente mágico para los aficionados al motor. Fueron los artífices de la leyenda de Lancia en el Mundial de Rallies, en el que sus 10 títulos de constructores siguen siendo un récord prácticamente insuperable.