Luka Modric: 39 años, Balón de Oro en 2018 (año en el que fue elegido mejor jugador del Mundial), 34 títulos, 184 veces internacional, casi 900 partidos profesionales (573 de ellos en el Real Madrid). Frenkie De Jong: 27 años, centrocampista del año de la UEFA en 2019, siete títulos, 55 veces internacional y casi 400 duelos profesionales (238 de ellos en el Barça).
Enfrente, Arda Güler y Marc Casadó. Con 19 años el turco y 21 el español. Internacionales absolutos de cuño relativamente moderno. Entre ambos no llegan a los 140 choques profesionales. Y, actualmente, lo único en lo que coinciden es en el ostracismo: llegada la hora de la verdad, en la que nadie puede permitirse un fallo, los entrenadores no se fijan en los 'meritorios' y dan peso a los galones.
El golazo de Modric al Girona fue una piedrita más sobre la actual tumba del otomano, que no ha tenido minutos en seis de los últimos siete enfrentamientos. Ahora que el cuadro merengue dispone de todo su arsenal ofensivo (los 'cuatro magníficos': Bellingham, Rodrygo, Vinícius y Mbappé), el oficio del centrocampista que los acompañe es de 'construcción baja' o de contención, y ni siquiera en los 'minutos de la basura' el muchacho ha encontrado su sitio. «Está bien, preparado para jugar», decía su entrenador. Pero no juega.
El canterano azulgrana ha sido suplente en tres de los últimos cuatro partidos ligueros - Foto: EFEArda no ha tocado bola en las cuatro últimas jornadas ligueras, a pesar de que en tres de ellas (Atlético, Espanyol y Osasuna) el equipo no ganó. Tampoco en el doble enfrentamiento frente al Manchester City, ante cuya defensa la visión de juego y el disparo del turco habría encontrado sitio. Solo disputó 76 minutos en el partido copero ante el Leganés: fue titular… pero tampoco dejó detalles para el recuerdo.
La involución es evidente: tuvo minutos en siete de los ocho partidos de la Fase Liga de Champions y ninguno en eliminatorias. Tuvo protagonismo en los meses de noviembre y diciembre, en los que el Real Madrid limó la desventaja respecto al Barça, pero en todo 2025 apenas ha jugado media hora en Liga. La Copa es un clavo ardiendo para el chico, que ante la Deportiva Minera marcó un doblete y contra el Celta, a falta de anotar, dio dos asistencias. En San Sebastián, donde el equipo blanco se juega hoy un trocito del billete hacia la final, se verá si Ancelotti le entrega un poco más de confianza o, directamente, ha desaparecido de la foto.
Delicada situación
El debate en Barcelona es algo más sesudo y tiene un componente casi emocional que enturbia la situación. Marc Casadó ha sido la gran revelación azulgrana del campeonato: instalado junto a Bernal desde la pretemporada, la lesión de este le abrió las puertas del doble pivote hasta estrenarse con (de momento) 32 partidos y 2.270 minutos disputados. Pero ha sido suplente en tres de los últimos cuatro encuentros y en los tres duelos de Copa (Barbastro, Betis y Valencia) apenas suma 26 minutos.
El 'choque' entre el canterano y el fichaje de lujo que no ha cristalizado impregna el ambiente: De Jong no goza del predicamento de la parroquia blaugrana. Sus largas a la renegociación de su contrato, su negativa a pasar por el quirófano para tratarse el tobillo derecho y el consecuente alargamiento del plazo de recuperación y, sobre todo, el estancamiento en la progresión del que iba a ser el relevo de Sergio Busquets condujeron a la afición a pensar que Casadó era la pieza que necesitaban.
El canterano volvió al once por sorpresa ante Las Palmas, pero el equipo echó en falta la vocación más ofensiva de De Jong. Flick medita entregar la titularidad al neerlandés: tendrá que elegir entre alguien con la tensión competitiva y la intensidad de Casadó o, ante las defensas probablemente cerradas que se ve a encontrar, la verticalidad del '21'.