La magia de la ciencia con origen rural

Cristina Sancho
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Una bióloga cuellarana participa en un estudio científico sobre la resistencia a antibióticos de determinadas bacterias

Laura Álvaro, en el centro, junto al grupo de trabajo de la investigación - Foto: DS

Desde el medio rural se puede hacer mucho, aunque se tenga que salir del municipio de origen, pero suele ser un orgullo conocer como una cuellarana ha participado en un estudio que supone una nueva esperanza en el tratamiento de infecciones.

La joven de Cuéllar y vecina también de Frumales, Laura Álvaro Llorente de 28 años, licenciada en biología y con un master en microbiología forma parte de un grupo de trabajo que ha descubierto como hacer frente a las bacterias resistentes a los antibióticos. Este descubrimiento en el que van a seguir trabajando supone un avance importante en la sanidad porque como ella misma recuerda "las bacterias resistentes a antibióticos son un problema de salud pública muy grande a nivel mundial. Alrededor de 700.000 personas mueren al año por infecciones producidas por bacterias resistentes a los antibióticos".

Laura esta realizando su tesis doctoral en el Instituto Ramón y Caja de Investigación Sanitaria (IRYCIS) en el hospital del mismo nombre en Madrid. El estudio esta liderado por los doctores Cristina Herencias, Álvaro San Milla y Jerónimo Rodríguez, con quien Álvaro participa en el grupo de investigación y con quien ha realizado su trabajo fin de master en relación a la investigación.

Según explica la cuellarana, han conseguido descubrir como la propia resistencia a los antibióticos que muestran las bacterias, las hace a su vez vulnerables y sensibles a otros antibióticos. «En mi laboratorio ya estaban trabajado en encontrar un punto débil de estas bacterias para tratar estas infecciones y encontramos lo que llamamos el talón de Aquiles de las bacterias. Hemos visto que cuando una bacteria se vuelve resistente a un antibiótico a su vez se vuelve más vulnerable a otros antibióticos diferentes y esto nos permite diseñar otros tratamientos más específicos a estas bacterias», relata; pero precisa que  este fenómeno en ciencia ya se conocía como sensibilidad colateral, lo que además han conseguido es generalizar el fenómeno lo que facilita su aplicación clínica.

«Para poder usarlo en los hospitales y para poder diseñar tratamientos tiene que ser general y no solo para un tipo de bacteria resistente a un tipo de antibiótico. Nosotros hemos buscado una norma general que permite diseñar esos tratamientos», comenta. Álvaro destaca que lo más bonito de su trabajo es que luchan contra la resistencia de los antibióticos, pero no van contra ella porque por su evolución es imposible. Así apunta que lo más importante es cómo sacar partido a la parte vulnerable de la bacteria para atacarla. Este hallazgo es importante porque además se pueden aplicar antibióticos que ya existen en el mercado. «No hay que diseñar un antibiótico nuevo que tenga que pasar por ensayos clínicos, pruebas de seguridad y otros trámites, sino que ya los tenemos».

Ahora el grupo de investigadores continuará trabajando sobre el tema porque quieren saber porque ocurre esa vulnerabilidad de la bacteria y qué pasa dentro de ella para hacerse resistente a unos antibióticos y vulnerable a otros. «Si conseguimos saber porque ocurre esto, podemos hacer que la bacteria sea aún más vulnerable y asi conseguir un tratamiento más efectivo para el paciente.

Además, tenemos que hacer pruebas en laboratorio simulando tratamientos que se puedas aplicar al paciente para demostrar qué es más efectivo y optar o no por una combinación de antibióticos, y poderlo trasladar a la aplicación directa al paciente», explica.

Cuando se la pregunta a Laura qué la llevó a estudiar biología, comenta que era la asignatura que más la gustaba en bachillerato, aunque sin tener demasiado claro que estudiar. Ya en la universidad sintió fascinación por la microbiología. «Me fascinó que las bacterias puedan servir para tantas cosas, para biotecnología, procesos, clínica, que es a lo que me dedico. Siento que hago magia con las bacterias y decidí especializarme en ello. Casualidades de la vida me llevaron a acabar en el Hospital Ramón y Cajal y espero seguir aquí al menos hasta acabar el doctorado. Me gusta mucho lo que hago», relata.

Consciente de la importancia que supone la investigación espera que las técnicas descubiertas puedan llegar a aplicarse pronto en los pacientes. Afirma con humildad que su grupo de trabajo es solo un ejemplo de lo que se descubre cada día poniendo en valor el trabajo de los investigadores. «Hay muchos grupos que trabajan contra la resistencia de antibióticos y que la microbiología clínica. Se descubren muchas cosas interesantes que algún día se podrán usar en los pacientes para mejorar su calidad de vida», concluye.