Precedidas de una campaña que se ha ido embarrando en todo el país con un duelo de acusaciones mutuas y desmentidos sobre quién falta más a la verdad, y librada en Segovia sin que los candidatos provinciales se hayan salido apenas de sus respectivas hojas nacionales para tocar asuntos domésticos (ni una sola propuesta novedosa sobre esta tierra), llegan «las elecciones más importantes de la historia de la democracia», según el PSOE, por «la necesidad de frenar a la ultraderecha». «El momento de decidir entre España o el sanchismo», según el PP. Mucho que decir también por parte de Vox y Sumar, llamados a ser claves de peso o contrapeso para inclinar la balanza a la derecha o la izquierda, si es que de verdad se inclina hacia algún lado y no se arma un bloqueo que ya no sería tan histórico porque sucedió hace apenas cuatro años (comicios en abril y nueva cita en noviembre de 2019) y también hace casi ocho (diciembre de 2015 y junio de 2016).
Lo que sí es absolutamente inédito, de récord, es que alrededor del 10% de la suerte ya esté echada a estas alturas, ya que ese es el porcentaje de votos que, redondeando, llegará el domingo a las urnas por vía postal. Lástima que no podrá saberse si los sobres que llevará personal de Correos a los colegios electorales el domingo contienen resultados semejantes a los de quienes voten de manera presencial o son claves para cambiar rumbos, dado que no se llevan a cabo recuentos por separado, sino que se introducen en las urnas al final de la jornada.
En España se eligen 350 diputados para el Congreso y solamente tres dependen de Segovia, aunque ésta es de las provincias que, aun siendo pequeñas, puede aportar su granito de diferencia y determinación por ese reparto impar en un pulso bipartidista por la presidencia, liderado por Pedro Sánchez y Núñez Feijóo, junto a dos convidados que no son precisamente de piedra, Yolanda Díaz y Santiago Abascal. Senadores se eligen un total de 208 este domingo (hay otros 57 que designan los gobiernos de las comunidades), y cuatro de ellos por parte de Segovia.
La gran mayoría de los sondeos (prácticamente todos menos el del CIS) da ganador al bloque de la derecha con el PP al frente, aunque estaría por verse que obtenga la mayoría necesaria para alcanzar la gobernabilidad. Ahí reside la mayor incertidumbre, y más cuando la ronda mediática de estimaciones ya se apagó el pasado lunes por ley electoral. Muchas jornadas (seis hasta el 23-J) sin que se hayan podido publicar nuevas noticias demoscópicas. Demasiadas como para dar nada por hecho en una campaña que también ha sido la del estreno general de los trackings, tal y como se denominan las encuestas que incorporan entrevistas nuevas a diario, sin dejar de computar las de días previos, para actualizar con más precisión el cálculo de la evolución de la intención de voto y las reacciones del electorado tras cada capítulo de discursos, casi siempre vacíos de sustancia provincial para Segovia.
Las cuatro principales candidaturas, cuando se ha preguntado a sus representantes, se han mostrado dispuestas a impulsar asuntos como la rehabilitación del Teatro Cervantes, invertir en la mejora del servicio AVE y la revitalización del ferrocarril convencional, seguir adelante con la futura puesta en marcha del Centro Nacional de FP en el CIDE, la renovación del colector de Tejadilla, la eterna búsqueda de soluciones a los problemas de tráfico y seguridad vial de la travesía de San Rafael… Sin embargo, de la ausencia de discurso local sirve de ejemplo que ninguna de las cuatro haya lanzado durante la campaña un solo comunicado protagonizado por alguna nueva propuesta local.
CIFRAS Y VARIABLES. En total son 119.435 segovianos los que están llamados a votar, sólo 56 menos que en las últimas elecciones generales, las de noviembre de 2019, pero con 115.794 residentes en España, 336 menos, y 3.641 en el extranjero, 280 más que, ya de paso, por encima de lecturas electorales, ponen cifra a un lamentable saldo migratorio que revela cómo siguen siendo más los segovianos que se van que los que retornan.
De los citados 119.435 electores que integran el censo de la provincia, 9.280 (el 7,76%) han pedido el voto por correo, más del doble (+5.291) de los que depositaron sus papeletas en las urnas por vía postal en noviembre de 2019, cuando sólo fueron 3.989 (3,33%). Si el número total de votos que se terminan contabilizando se sitúa en cifras similares a las de entonces (86.451 con una participación del 72,35%), el peso específico del sufragio postal alcanzará el entorno de un inédito 10%. No en vano, matemáticamente podría ser hasta del 10,73%, si bien a tal porcentaje habría que restar el 6-12% de solicitantes de voto por correo que, después de haber cursado la petición, no suelen completar el proceso.
Otro punto habitual de incertidumbre lo aportan los segovianos que, por edad, tienen opción de votar por primera vez y que, por tanto, nunca han tenido oportunidad de manifestar sus preferencias políticas a través de las urnas. Son 4.781, concretamente, los que han cumplido 18 años después de las generales de noviembre de 2019.
Está también la bolsa de votantes que entonces se decantaron por Ciudadanos, desaparecido de esta nueva cita electoral: 6.861 en Segovia, cifra que representa casi la mitad de los que necesita una candidatura para lograr uno de los tres escaños del Congreso que se disputan en esta provincia, y que en esta última legislatura han estado en manos de PP, PSOE y Vox.
PREVISIONES. La victoria que otorga al PP la mayoría de los sondeos publicados a nivel nacional contiene una réplica en el plano provincial que se traduciría en dos escaños para los populares y uno para los socialistas, lo cual supondría volver al reparto que más se ha repetido desde las elecciones de 1977: nueve veces de quince, sin que deba olvidarse además que dicho escenario fue imposible en cuatro de las elecciones generales celebradas en 46 años porque las siglas del PP no empezaron a aparecer en las papeletas hasta 1989.
De hecho, los socialistas nunca han logrado más de un diputado en Segovia, y los populares, desde que se fundó su formación, siempre sacaron dos hasta que el bipartidismo reinante durante tres décadas quebró en 2019: en abril de aquel año perdió el segundo escaño en favor de Cs, propiciando además la primera y única victoria provincial del PSOE en unas generales hasta la fecha; y después, en noviembre, en favor de Vox.
Los de Santiago Abascal afrontan ahora el difícil reto de romper los sondeos para conservar su escaño segoviano. En noviembre de 2019, con mejores proyecciones demoscópicas que ahora, consiguieron el tercero en disputa con 14.569 votos, 1.082 por encima de los que le faltaron al PP (entonces con peores proyecciones) para retenerlo. Un dato que puede dar cierta idea de lo que necesitan unos y otros para alcanzar sus objetivos el domingo, con Vox lidiando también con los votos que pudiera restarle el partido impulsado por su exdirigente Macarena Olona; cabe que no sean muchos, pero a estas alturas también cabe que el preciado tercer escaño se resuelva por no muchos votos de diferencia...
Sumar, por su parte, casi necesitaría duplicar los resultados de Unidas Podemos en Segovia en noviembre de 2019, que se quedó en 7.901 votos como cuarta fuerza, a casi 6.700 de superar a Vox para haberse hecho con el tercer escaño.
Las incógnitas comenzarán a despejarse la noche del domingo, aunque bien puede quedar por verse cuándo amanece realmente la composición de un nuevo Gobierno.