La solución pasa por la diplomacia

Álvaro Mellizo (EFE)
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Condenar a Hamás, contener la reacción israelí o garantizar la ayuda en Gaza son algunos puntos 'calientes' a tratar para una desescalada

La solución pasa por la diplomacia - Foto: MANUEL DE ALMEIDA

Las negociaciones para atenuar la crisis de Gaza necesitan conjugar difíciles propuestas: abrir corredores humanitarios, sacar extranjeros de la Franja, contener la respuesta de Israel, evitar la extensión de la violencia y condenar el terrorismo de Hamás.

Egipto y Jordania lideran la parte mediadora árabe a este cruce de intereses, como países que mantienen relaciones con Tel Aviv, mientras que EEUU y todo su poder político encabezado por su presidente Joe Biden, que llegará a la región hoy, y su secretario de Estado, Antony Blinken, marcan la defensa de un Estado que solo encuentra amigos lejos de Oriente Próximo.

Firmeza árabe

Blinken visitó hace unos días la región para reafirmar la posición «inquebrantable» de Washington en defensa de Israel, pero se ha topado con un firme rechazo a las acciones hebreas en el mundo árabe, donde ha recibido desaires e incluso admoniciones públicas. El diplomático arrancó su viaje subrayando en Tel Aviv el derecho inalienable del Estado judío a defenderse «del terrorismo» y advirtiendo sobre cualquier otro intento de desestabilización. No consideró ninguna otra cuestión como relevante.

Tras pasar por Jordania, Catar, Baréin, Arabia Saudí (dos veces), Emiratos Árabes Unidos y Egipto, su relato comenzó a reconocer la necesidad de proteger a los civiles inocentes y lograr el ingreso de ayuda humanitaria para Gaza, tal y como le reclamó El Cairo.

Y es que el rechazo árabe a la represalia israelí sobre la Franja es unánime. Todos lamentan los ataques a civiles, lo que implica un rechazo a las acciones de Hamás, pero también insisten en la responsabilidad de Tel Aviv en la escalada y en la necesidad de detener las violaciones a los derechos humanos.

El paso de Rafah

Una pieza clave de negociación es el paso de Rafah, la única vía de acceso y salida de la Franja que no está controlada por Israel. A través de ese camino, varios países pretenden sacar a sus nacionales.

Egipto no permite la salida de estas personas, unos pocos cientos de entre los 2,2 millones de habitantes del territorio palestino, hasta que se habilite la entrada de ayuda humanitaria. Tel Aviv de momento se niega a permitir que ingrese comida, agua o medicamentos, pese a los anuncios de una inminente apertura por parte de EEUU. Mientras, la ayuda sigue acumulada en la frontera.

Refugiados

Egipto recibe presiones de Israel y sus aliados para que abra sus fronteras y deje pasar a cientos de miles de refugiados que huyen de la Franja. Ni El Cairo ni sus socios contemplan esa posibilidad ante el riesgo de que eso habilite la «limpieza étnica» de Gaza y que los desplazados nunca puedan regresar.

El mundo árabe denuncia el relato de la responsabilidad egipcia para acoger a estas personas. En este sentido, señalan que si Occidente está tan preocupado por los palestinos, que detengan los ataques israelíes sobre la población o se lleven a un millón de ellos a sus países.