El retorno de los jóvenes con la guerra de cifras

EFE
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La pelea entre Pablo Motos y David Broncano, al frente de 'El Hormiguero' y 'La Revuelta', respectivamente, ha hecho que un segmento de la población que solo veía las plataformas digitales se haya pasado a la televisión lineal con ambos programas

Motos arrancó el curso el 2 de septiembre, una semana antes que su rival y Broncano ha logrado rejuvenecer a RTVE.

Los jóvenes han regresado a la televisión tradicional en el horario de máxima audiencia como si se tratara de una Champions con dos grandes rivales: Pablo Motos con El Hormiguero, y David Broncano con La Revuelta, que ha logrado imponerse en el duelo mediático, aunque los dos han perdido espectadores.

En su primera semana, La Revuelta, que se emite de 21,40 a 22,55 horas, se colocó en segunda posición en horario de máxima audiencia y con unos datos espectaculares: un 18,4% de media de cuota de pantalla, el porcentaje de hogares o espectadores que estuvieron viendo el programa con respecto al total que encendió la tele mientras duró, y una audiencia de 2,4 millones de espectadores.

Una semana después se posicionó a la cabeza, aunque su cuota media bajó 1,2 puntos con respecto a la anterior y el número de espectadores, en unos 180.000.

Y ahí pudieron pesar los partidos de la primera fase de la Liga de Campeones, en Movistar Plus+, y también la programación relacionada con Gran Hermano, en Telecinco, que arañó audiencia a los dos comunicadores.

No obstante, El Hormiguero (de 21,55 a las 23,00 horas) ha descendido más de cuota con respecto a su primera semana, en la que logro un récord, un 20,5 % de media y 2,6 millones de espectadores. Ha perdido 3,7 puntos y entorno a unos 450.000 telespectadores.

La 1 también se impuso en el marcador respecto al tiempo de emisión en el que coinciden ambos programas. Una cuota del 17,6 % frente a un 15,9 % de Antena 3. La semana pasada, las posiciones fueron a la inversa.

Habrá que ver cómo discurre este casi empate en los próximos meses, porque el fútbol y algunos reality arrancan puntos nada desdeñables, pero ya esta pugna por la audiencia entre los dos ha logrado ya datos destacados de consumo televisivo.

La media de la cuota de La 1 ha subido en casi 6 puntos con respecto a las del año pasado y, en concreto, los datos por edades entre los 13 y los 24 años el incremento es de 12,2; entre los 25 y 44 años es, incluso, de hasta 18,1 puntos, y de los 45 a los 64 de 6,5. Ha descendido en cuatro décimas en las edades entre 65 y 74 y a partir de esa edad el descenso es de 2,3.

Antena 3 también ha crecido con respecto al comienzo de temporada del año pasado. A la cuota media ha logrado sumar 1,9 puntos y en el tramo de edad de 13 a 24 años ha aumentado 3,5 puntos; de 45 a 64 años, 1,8 y también en 2,3 en los que ven el programa de 65 a 74 años y en 1,7 puntos desde los 75 años.

El público de Pablo Motos es más heterogéneo, mientras que la sorpresa de David Broncano con su fichaje por la corporación pública ha traído un nuevo público menor de 55 años.

a través de las redes. Seis de cada diez jóvenes que ven la televisión lineal, es decir la que se consume a la hora en que se emite a través de cable o satélite, han elegido desde el estreno de La Revuelta por poner este programa o El Hormiguero.

La llegada de Broncano a RTVE ha permitido incorporar a telespectadores nuevos que son muy consumidores de vídeo bajo demanda y plataformas de streaming, como Netflix, Prime Video o HBO, entre otras, y que habían abandonado la tele lineal, excepto para ver en alguna ocasión la retransmisión en vivo de un partido.

«Se habían olvidado de la jerarquía horaria y la esclavitud de dictadura del programador porque estaban viendo una plataforma o Youtube o estaban con el móvil o jugando a los videojuegos», según explica José Manuel Eleta, experto en audiencias de lo audiovisual y adjunto a la dirección de Barlovento Comunicación, que habla de un segmento amplio de público nuevo que abarca de los 13 a los incluso 44 años.

Esta especie de renacer de lo lineal en esa franja se debe en buena medida, más allá que por el humor transgresor del presentador jiennense, a las redes sociales, a la conexión del mundo digital y la televisión, afirma Eleta.

«A esas horas hay mucha interactividad social en ellas. Se mandan muchos mensajes de que empieza el programa, que sale el invitado principal, que ha dicho no se qué, que no se oye...», comenta este especialista.

Esta enorme interactividad social se había producido ya con anterioridad en otros programas como Supervivientes u Operación Triunfo, pero nunca se había visto en esta dimensión.