Los líderes de la Unión Europea concluyeron este viernes su cumbre de octubre sin un consenso sobre cómo reaccionar a la sentencia del Tribunal Constitucional polaco que ha cuestionado el orden legal comunitario, más allá de apostar por el diálogo y respaldar a la Comisión Europea en su papel de guardiana de los tratados fundacionales del club.
"Un pilar fundamental del Estado de derecho es la independencia judicial, este fue el núcleo de la discusión de los líderes sobre Polonia. Tenemos un largo camino por delante que es una combinación de diálogo, respuesta legal y acciones concretas para restaurar la independencia de la justicia", resumió en la rueda de prensa final la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El debate sobre Polonia, de algo más de dos horas, sirvió para que Von der Leyen presentara ante los líderes las opciones de respuesta que está manejando Bruselas ante la sentencia judicial polaca que considera que varios artículos de los tratados europeos chocan con su Constitución.
Según el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el debate fue "sereno" y permitió que una inmensa mayoría de los Estados miembros mostraran su convencimiento de que "la independencia judicial y el Estado de derecho son algo fundamental".
"Tenemos algunos instrumentos a nuestra disposición que se han activado ya o que pueden activarse. El diálogo político es necesario", apuntó Michel.
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, llegó a Bruselas el jueves tras un paso bronco por el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo, donde frente a Von der Leyen se reafirmó en su postura y elevó el tono reclamando que no se les chantajeara tras la sentencia polaca que considera que varios artículos de los tratados comunitarios chocan con su Constitución.
En una grabación difundida en las redes sociales por su oficina, Morawiecki afirmó hoy que la UE está en un "camino directo a la catástrofe" por haberse embarcado en cambios "fuera del control democrático" y que Polonia "quiere salvarla de este error".
El veredicto, emitido por una corte controlada por el Gobierno y a instancias del propio Morawiecki, cuestiona la primacía del derecho comunitario sobre el doméstico y supone un paso más en el deterioro de la independencia judicial en el país y de la relación, ya tensa, entre Varsovia y Bruselas.
Pero pese a la preocupación en la Eurocámara, que considera ilegítimo al tribunal que emitió la sentencia, y en la Comisión, que estudia medidas para responder, no muchos jefes de Gobierno exhibieron este viernes una dialéctica dura con su colega polaco.
"Tenemos que salir de esta espiral de litigios", dijo la canciller alemana, Angela Merkel, en la que probablemente sea su última cumbre después de 16 años. Durante el debate que mantuvieron ayer al respecto los líderes europeos, dijo la alemana, hubo un "amplia sintonía" en que "la correcta" manera de solucionarlo es "con respeto los unos con los otros".
"Ningún país europeo puede decir que es europeo si sus jueces no son independientes", dijo, por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, quien confía en que el primer ministro polaco cumplirá su promesa de desmantelar su régimen disciplinario para los jueces, una de las principales preocupaciones de Bruselas.
En lo que sí coincidieron fue en respaldar a la Comisión como guardiana de los tratados comunitarios y la legislación europea, que permite varias opciones de respuesta relativamente rápidas, como el lanzamiento de procedimientos de infracción que pueden acabar en los tribunales o la activación de un nuevo mecanismo que vincula los fondos europeos con el cumplimiento de los valores básicos de la Unión.
El discurso más duro lo dio el mandatario neerlandés, Mark Rutte, que ya antes de la reunión había sido uno de los pocos en mencionar explícitamente que Bruselas no debería aprobar el desembolso a Varsovia de los fondos de recuperación pospandemia mientras este país no dé marcha atrás en ciertos aspectos polémicos de sus recientes reformas judiciales, como la cámara de disciplina a los jueces.
En una rueda de prensa al término del encuentro, Rutte dijo que la discusión no había sido "inflamatoria", pero descartó coincidir con que hubiese sido "conciliadora": "Un grupo abrumador de Estados miembros es muy crítico sobre lo que el gobierno polaco está haciendo, sobre el hecho de que no hay una clara distinción en la independencia judicial en el sistema polaco", afirmó.