José Félix Galindo es un ingeniero industrial ahora reconvertido en empresario turístico con una sociedad que lleva el mismo nombre que la que fundó su padre, Megaleón, dedicada a la actividad inmobiliaria. «Yo soy de Aranda de Duero pero he vivido en Canadá 40 años. Cuando me jubilé vine aquí y me decidí a hacer esto porque ahora tengo una familia nueva con niños pequeños y no quiero quedarme simplemente con la pensión que me paga el gobierno canadiense», confiesa mientras muestra a El Día de Segovia las diferentes estancias de los pisos turísticos que ha construido en el barrio de San Millán.
El rótulo de Mafri, la antigua tienda de maquinaria de alimentación y frío situada en el paseo de Ezequiel González a muy pocos metros de la estatua de Cándido, ha dejado paso a otro mucho más moderno en el que se puede leer 'Megaleón Apartamentos turísticos'. «Lo tengo que cambiar porque la licencia que me va a dar la Junta es de vivienda de uso turístico y no de apartamento turístico, porque el patio de luces no es de cuatro por cuatro», revela. La Administración autonómica también lo ha obligado a sustituir un sofá-cama y una litera por sendas camas; detalles que espera resolver en los próximos días para conseguir todos los permisos.
«Más que complejo ha sido largo. Muy largo. La obra lleva terminada casi un año y todavía estamos dándole vueltas, aunque parece que ya estamos en los puntos finales. Me llamaron de Urbanismo, del Ayuntamiento, para decirme que lo último que me habían pedido lo habían podido comprobar desde la calle, que estaban satisfechos y que me enviarían la licencia de primera ocupación, pero de esto han pasado dos semanas», sonríe Galindo. «Han tardado mucho en darnos respuesta. Yo todo lo he gestionado a través de mi arquitecto, que ha transmitido al Ayuntamiento que la Junta de Castilla y León estaba a la espera de la licencia para darnos el visto bueno y que podamos empezar a operar», abunda.
Quienes elijan en los próximos meses Megaleón para alojarse podrán elegir entre tres pisos con una oferta que oscilará entre los 60 y los 70 euros por noche y que contará con precios más asequibles para alojamientos más largos. «Cuando volví de Canadá después de jubilarme, volví a vivir unos años en Aranda de Duero con mis padres hasta que ellos murieron. «Empecé a darle vueltas a la cabeza sobre qué podía hacer y, para suplementar mi pensión, se me ocurrió esto. Y elegí Segovia porque es un centro bastante activo turísticamente y tiene esa actividad todo el año. En invierno y en verano; no es como en otros sitios, que solo es en verano. Aquí hay actividad todo el año y, además, es una ciudad muy bonita».
Su proyecto inicial ha experimentado variaciones obligado por la normativa. «Primero compré un piso. Modifiqué el piso y empecé a hacer los papeleos con el Ayuntamiento pero había un inconveniente muy grande y es que la entrada no podía ser compartida con el resto del bloque de pisos. Entonces me di cuenta que el local de Mafri estaba en alquiler, contacté con el dueño, le ofrecí que me lo vendiera y pude unir el primer piso con el local para que la entrada a mis viviendas de uso turístico fuera diferente y no tuviera que compartirla con los vecinos. Quien me vendió el local ya me contó que sus padres y sus hermanos habían vivido en el piso toda la vida», revela en unas estancias que están llenas de referencias a Segovia.
El Acueducto, por supuesto, forma parte de la decoración. Es el gran reclamo también de AM, los pisos turísticos que han devuelto a la vida el antiguo local del todo a cien Kalipso en la calle Mariano Grau y en la plaza Echegaray, en el corazón del barrio de San Millán. Es el boom de las 'tiendas-pisos' en Segovia.