Han pasado casi 35 años desde que la familia Martín Muñoz, de rancio abolengo hostelero en Segovia, decidiera emprender una nueva aventura empresarial tras acreditar su experiencia y buen hacer en el bar Las Columnas, a escasos metros de la Plaza Mayor. El lugar elegido fue una finca de Collado Hermoso, a 15 kilómetros de la capital, donde en 1989 abría sus puertas el restaurante La Matita, y desde entonces el esfuerzo del equipo de profesionales dirigidos por los hermanos Jesús, Pepe y Primitivo Martín fue dando carta de naturaleza  a este establecimiento hasta convertirlo en una referencia obligada en la gastronomía segoviana.

Pero ahora, la próxima jubilación de sus propietarios y la falta de relevo generacional para mantener el negocio ha obligado a la familia a adoptar la decisión de poner en venta el restaurante y abrir paso a que el  negocio se mantenga con una nueva etapa. Desde hace algunas semanas, un portal web inmobiliario anuncia la venta del restautante, ubicado en una finca de más de 4.000 metros cuadrados y una superficie de 1.130 metros cuadrados distribuidos en zona de ocio y hostelería, almacenes, piscina y dos viviendas.

El anuncio de la venta de La Matita no ha pasado desapercibido, y ha suscitado la curiosidad de muchos de los clientes que a lo largo de la historia del restaurante han pasado por sus salas. Primitivo Martín, uno de los responsables del negocio hostelero señala que la decisión «no ha sido fácil», pero precisa que «nos vamos haciendo mayores y queremos dejar ya este negocio en el que hemos sido muy felices, pero para el que no encontramos un relevo».

En el portal inmobiliario, se recogen los valores del emblemático restaurante, asegurando que «su famoso horno y un gran chef le ha permitido participar en fantásticas jornadas gastronómicas de caza, deleitando a sus comensales con asados magistrales, además de otros suculentos platos como calderetas, escabeches y un buen vino en la barra acompañado de la mejor cecina». Esta definición  es suscrita por Primitivo  Martín, que subraya que durante todo este tiempo «siempre nos ha preocupado la calidad en la atención al cliente, procurando servir siempre lo mejor de nuestra cocina, y ahí radica nuestro éxito, si no, no hubiéramos podido estar 35 años al nivel que hemos estado».

En la memoria de todos quedan las Jornadas Gastronómicas de la Caza, que se han desarrollado en paralelo a la historia del propio restaurante y que se han convertido en cita obligada para muchos aficionados a los productos de la caza que eligieron La Matita para degustar las magníficas elaboraciones de productos como la perdiz, el conejo, la becada o el jabalí, sin olvidar el delicioso 'Apfel Strudel' que corona tradicionalmente la oferta de los distintos menús servidos durante más de tres décadas.

Primitivo Martín asegura que la venta del restaurante se hará «sin prisa, ya que seguimos trabajando muy bien», y precisa que ya han llegado algunos empresarios desde Madrid que han mostrado su interés en adquirir el negocio - cuyo precio se sitúa en 1,1 millón de euros, según los datos que figuran en el portal inmobiliario. «Queremos hacer las cosas bien», precisa el veterano hostelero, que asegura que las ofertas económicas «nos tienen que satisfacer a ambas partes».

La decisión de la venta  deja una sensación agridulce a una familia que ha dedicado varias generaciones a la hostelería, pero Primitivo Martín asegura que «la vida nos ha llevado por un camino que ahora tiene su fin, ya que nuestros hijos han orientado su futuro por otros derroteros, y aunque nos apena dejar el negocio, se acerca el momento de dejarlo».

Mientras tanto, la actividad no cesa en el restaurante, y a partir del próximo lunes 22 de abril y hasta el  1 de mayo ofrecerá una nueva propuesta a sus comensales bajo el título 'Cocinando los quesos de Castilla y León'.