«Tengo que decir que mi intención ha sido y es agotar la legislatura con un Gobierno que funciona dando estabilidad a la sociedad».AlfonsoFernández Mañueco reivindicó ayer su decisión de no adelantar elecciones en Castilla y León y llevar la cita con las urnas al primer trimestre del próximo año una vez concluya la actual legislatura. De esta forma, volvió a alejar el fantasma de una convocatoria anticipada aprovechando la crisis interna que vive Vox y la situación de interinidad del PSOE en Castilla y León. «Nosotros seguimos nuestro rumbo mientras otros dirigentes políticos se rinden, tiran la toalla y defraudan a sus votantes», sentenció el presidente de la Junta y del PP autonómico durante una visita junto al dirigente nacional de su partido, Alberto Núñez Feijóo, a una empresa en Palencia.
Un acto en el que aseguró que desde el PP no se toman decisiones «en función de las estrategias partidistas» porque no les influye, sino que las toman «pensando siempre en el interés general de los ciudadanos». Además, ironizó con que, a pesar de que durante los últimos tres años «semana tras semana» alguien pronostique un inminente adelanto electoral «nadie ha acertado». «Desde el Gobierno de Castilla y León seguimos trabajando con dedicación al servicio de las personas de nuestra tierra, dando estabilidad a la sociedad de Castilla y León», destacó el presidente de la Junta, que aprovechó para mandar un mensaje a los votantes de Vox y del PSOE: «Quiero decirles a todos sus votantes, a esos que se sienten defraudados por la mentira y por las huidas, que estamos a su disposición para facilitar la vida en Castilla y León, una mejor vida en nuestra tierra».
Negociaciones
También se refirió a la crisis interna que vive Vox en la Comunidad el portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, que no quiso confirmar ni desmentir las palabras del ya expolítico Juan García-Gallardo cuando aseguró que la dirección nacional de Vox le apartó de las negociaciones en el seno del Ejecutivo de coalición tras el protocolo antiaborto. «Todas las negociaciones se han hecho en Castilla y León», restó el portavoz, que tiró de tablas en la política para esquivar el asunto y asegurar que en el Gobierno de coalición todo lo que tenía que ver con cuestiones relacionadas con la Junta se trataron en el seno del Ejecutivo con sus miembros, y las cuestiones de partido se abordaban con las personas que «designaran en Vox».
No desaprovechó Fernández Carriedo la oportunidad de atacar al Gobierno central y matizó que «todo lo que afectaba a Castilla y León se ha negociado en Castilla y León»:«Nosotros no hemos tenido que ir ni a Waterloo ni a Suiza para negociar ninguna cuestión que afectara a los castellanos y leoneses». En cuanto a la marcha de García-Gallardo de la vida política, se limitó a señalar que no va a ahondar en las «crisis» de otros partidos y se centró en la «garantía» de que Castilla y León tiene un Gobierno que «da estabilidad y ofrece seguridad y confianza para crecer».
Mano tendida
Por último, y ante la nueva situación parlamentaria con la aparición de dos procuradores no adscritos –los rebeldes expulsados de Vox–, recalcó que a partir de ahora prefieren negociar con los partidos, pero tampoco quiso excluir a nadie, por lo que dejó en manos de cada formación designar quienes deben ser los «interlocutores».