Alejandro Antón e Isabel Marcos ultiman estos días los detalles del traslado de ubicación de la emblemática Clínica Médica Goya. Esta abandonará en poco tiempo su histórica ubicación en la Carretera de Madrona 1 para situarse en otro local no muy lejos de allí pero más accesible, moderno y cálido. Este cambio ha sido una de las grandes decisiones que han tomado Antón y Marcos desde que hace unos meses compraron la clínica a su fundador y dieron un giro de 180 grados a sus carreras médicas.
Ambos se han pedido sendas excedencias en el Hospital General de Segovia para embarcarse en lo que definen como un proyecto «familiar». «Yo llevaba trabajando en Goya trece años y era dar continuidad al proyecto de Santiago [el fundador], lo que nos llenaba bastante. Además, nos gusta la gestión y vamos a poder seguir haciendo medicina exactamente igual que en la sanidad pública», explica él.
El cambio de dueños y de ubicación de la Clínica Médica Goya forma parte de un pequeño 'boom' de iniciativas en la sanidad privada que se está produciendo en Segovia en los últimos meses. Vanesa del Barrio y José Manuel Ruiz-Andreu han abierto en la calle Pinar de Valsaín, en el barrio de Comunidad de Ciudad y Tierra, VJ Médica, una clínica que ofrece servicios de ginecología, traumatología, dermatología, medicina de familia, cirugía general, medicina estética, pediatría , matrona, enfermería y próximamente reumatología y cardiología. En su caso, él mantiene su puesto de traumatólogo en el Hospital General de Segovia y ella no el suyo de ginecólogo, aunque aclara que por motivos familiares.
«Llevamos quince años dedicados a la sanidad privada en esta ciudad y ha llegado un momento que nos apetecía crear nuestro propio centro, un espacio en el que ofrecer a nuestros pacientes la calidad asistencial de siempre en un espacio novedoso en el que hemos tratado de cuidar cada detalle, que transmita la paz que buscamos cada día y que necesitamos cuando somos más vulnerables», señalan en cuestionario a través de correo electrónico que, después, se completó con una conversación telefónica.
«Las principales ventajas de la sanidad privada ahora mismo son la calidad asistencial, la inmediatez y la accesibilidad», remarca la doctora Del Barrio. «Estoy totalmente en contra de que haya que esperar tres meses para tener una cita con el traumatólogo o de que sea prácticamente imposible acceder a tu médico para conseguir un informe. Con nosotros tienen mi correo, me pueden escribir, si es algo urgente me voy a organizar para ver al paciente mañana. Soy una fiel defensora de la sanidad pública y es un derecho indiscutible para el paciente, pero si he decidido abrir mi propia clínica es precisamente para dar un trato personalizado y que si una paciente mía necesita algo urgente, ya me organizaré yo para verla mañana».
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha reabierto los debates en torno a la sanidad privada al plantear la posibilidad de prohibir a los jefes de servicios de hospitales públicos que ejerzan en centros privados. «Me parece mala medida. Deberían preocuparse por mejorar las condiciones laborales de los médicos de la sanidad publica, como revisar el sueldo base, la jornada, cotizar las horas de guardia, etcétera en vez de prohibirles trabajar en otros sitios en su tiempo libre. Eso va a provocar mas deficit de médicos de los que ya hay», reflexiona la doctora Del Barrio, que considera que en Segovia hay demanda para todas las iniciativas empresariales que están surgiendo: «Segovia está lleno de profesionales maravillosos y por eso el aumento de la oferta en el ámbito de la sanidad privada me parece muy positivo para la ciudad y para los segovianos. Hay trabajo para todos. El paciente tiene que tener donde elegir, siempre es bueno contar con distintas opciones. Al final todos queremos lo mejor para nuestros pacientes. Para mí la diversidad, frente al monopolio, es fundamental y muy positiva; lo más importante, para el paciente».
Según informó El Día de Segovia el pasado 13 de diciembre, la Orden Cisterciense de la Común Observancia ha alcanzado un acuerdo para la venta del monasterio de San Vicente el Real al grupo Quirón, que transformará el inmueble en un centro médico asistencial cuando el Vaticano autorice el cierre de la operación. La empresa, que es el mayor grupo hospitalario privado de España y tiene una red de 50 hospitales, casi un centenar de ambulatorios y cerca de 300 centros de prevención de riesgos laborales, no ha querido dar más detalles a esta redacción.
Pero sí que parece que ha comenzado una carrera por la hegemonía en la sanidad privada de Segovia. Otra compañía, Recoletas, anunció hace unos días que construirá un nuevo edificio en el Hospital de la Misericordia para duplicar su número de habitaciones y quirófanos y crear una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), una cafetería, dos aparcamientos, una nueva zona de admisión...
«Segovia no tenía una respuesta de calidad asistencial y el modelo de Recoletas funcionaba en otras provincias», recuerdan el director de Recoletas Segovia, Ignacio Cabezón, y su directora médica, Fuencisla de Pedro. «Se trajo a Segovia para implementarlo en 2008 y los hechos dan una respuesta. Hemos conseguido hacernos un espacio, mejorar cada día y siempre hemos buscado dar a Segovia el servicio sanitario que faltaba. El ejemplo es la radioterapia, que demuestra la vocación de servicio a la sociedad de Recoletas».
El centro de rehabilitación y fisioterapia que la propia Recoletas abrirá en las próximas semanas en la antigua comisaría de la Policía Nacional, en el barrio de Santa Eulalia, también forma parte de esa explosión de proyectos de la sanidad privada en Segovia. Sus defensores esgrimen que son complementarios a la sanidad pública. «Desde mi punto de vista es una cuestión de acceso. Cada vez más gente joven contrata seguros privados para elegir cómo hacer determinadas cosas o cómo no hacerlas, para no detener su ritmo de trabajo por tener que llevar a su hijo al trabajo...», argumentan los responsables de la Clínica Médica Goya, Alejandro Antón e Isabel Marcos, que rechazan que la sanidad privada se una batalla de ricos contra pobres. «Nos sorprenderíamos de la cantidad de gente que contrata seguros sin tener unos ingresos espectaculares. Es una cuestión de prioridades y no hay nada más real que todos somos iguales ante la enfermedad y ante la muerte. Todos. No se debería polarizar tan alegremente a la sociedad con temas que requieren un profundo análisis».
En esta nueva etapa que ha comenzado, la Clínica Médica Goya mantendrá la realización de los reconocimientos médicos –una de sus señas de identidad a lo largo de toda su historia–, pero también reforzará otros servicios como el de oftalmología y la atención primaria, las especialidades de los responsables del centro, que estarán apoyados por más de una decena de profesionales sanitarios. «La sanidad pública y la sanidad privada son complementarias y, aunque hayan pasado ya cinco años, todavía siguen desajustadas cosas desde la pandemia. La sanidad privada permite adaptarse a la gente y libera recursos», concluyen.