Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Sin punto de acuerdo

12/02/2025

En pocas ocasiones ha quedo tan patente como el martes la distancia existente entre el Gobierno y la oposición, entre el PSOE y el PP, entre los intereses del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y las aspiraciones del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. Ambos líderes reunieron en el Congreso a sus parlamentarios para preparar el nuevo curso político que comienza con la sesión de control al Ejecutivo del miércoles y la votación del decreto ómnibus demediado que recoge la subida de pensiones y el escudo social.

Los discursos de cada uno de ellos ponen de manifiesto que sus silencios y carencias que son casi tan expresivos como las propuestas. A Sánchez le preocupan los 'tecnoligarcas que rodean al presidente de Estados Unidos, y las peligrosas ocurrencias que ha comenzado a lanzar un desatado Donald Trump y que llevan camino de desbordar el orden internacional, el comercio global y ahogar las políticas de igualdad y diversidad.

Contra todo ello ha advertido Sánchez en la alocución a sus parlamentarios. Sin salirse el marco europeo considera que la UE debe plantar cara a la política arancelaria de Estados Unidos, con una respuesta proporcionada a la agresión norteamericana a la industria europea y española; se ha manifestado en contra de propuestas como la destrucción definitiva de Gaza y la expulsión de los gazatíes de su tierra, y enviará a los ministros del ramo a que hablen con las multinacionales y empresas que quieran abandonar las políticas de igualdad y medioambientales nacionales siguiendo la desregulación en estos ámbitos que ha ordenado Trump, que muchas de ellas han aplaudido porque benefician sus intereses económicos.

Convertirse en el adalid de la defensa de las políticas públicas frente a Trump y en contra del incremento de los gastos de Defensa, quizá sea un empeño demasiado grande para el líder de un país mediano, pero no es menos cierto que Sánchez ha asumido el papel de portavoz en la defensa de los intereses europeos y de freno al auge de la extrema derecha.   

La intervención de Núñez Feijóo ha estado pegada a los asuntos terrenales de la política doméstica, a la 'decadencia' en la que se encuentra el Gobierno por su debilidad parlamentaria y la dependencia de Junts que le pasa al cobro los apoyos que necesita para sacar adelante sus iniciativas. "El señor Sánchez no gana votaciones, las compra", ha dicho Feijóo a sus parlamentarios, a los que les ha pedido que sigan realizando una oposición sin cuartel, percutiendo sobre los casos que se siguen en los tribunales, la investigación sobre el fiscal general del Estado y el borrado de sus correos electrónicos, y la 'amnistía' para los suyos que pretende el Gobierno con la ley para limitar la acción popular en los procedimientos judiciales 

A Feijóo se le han escuchado pocas propuestas, aunque últimamente está volcado en impulsar una política de vivienda con iniciativas que se han puesto en marcha en otras ocasiones y que tuvieron un dudoso resultado.  Nada tampoco sobre la política arancelaria de Trump ni sobre la reunión de partidos ultraderechistas celebrada el pasado fin de semana en Madrid, dos asuntos en los que el PP busca una posición cómoda y que no incomode. Feijóo lo único que pretende es acabar con Sánchez y Sánchez resistir. Así cualquier recuerdo de pactos y consensos es una entelequia.