El tenis de mesa está de luto tras conocerse el fallecimiento de Iván Cristóbal, jugador del club segoviano Seghos. Natural de Madrid, tenía 26 años y había estudiado un ciclo de grado superior de Laboratorio Clínico y Biomédico. Nació con espina bífida y hace cuatro años le diagnosticaron un Sarcoma de Ewing que le obligó a aparcar el deporte a alto nivel. En declaraciones a El Día de Segovia, el presidente del Seghos, Antonio Sanz, ha anunciado que organizarán un homenaje a Iván.
Su pasión fue primero el fútbol, pero sus mejores cualidades estaban en el tenis de mesa, que marcó su adolescencia y su juventud. «Sin haber jugado en serio ya se me daba bien así que, cuando lo presté más atención, enseguida empecé a notar progresos de forma muy rápida y tuve la sensación de que podía llegar a jugar a un nivel alto. Algo que en el fútbol es casi imposible. El tenis de mesa es un deporte que si entrenas puedes llegar a una buena categoría. Y eso me gustaba», explicaba en una entrevista publicada en 2020 por El Día de Segovia.
«Soy realista. Me esperan cinco o seis meses sin poder andar, me van a poner una prótesis de cadera y sé que no voy a jugar nunca ya al nivel de hasta ahora, pero lo voy a intentar. Quizás pueda competir con personas con discapacidad», añadía. Por sus conocimientos en materia sanitaria prefería tener los pies en el suelo en su recuperación. «No soy optimista ni pesimista. Tengo la suerte de saber leer las pruebas que me hacen y por eso solo soy realista», afirmaba.
La noticia de su muerte ha provocado una profunda consternación en el Seghos, con el que todavía tenía ficha. «Hablábamos continuamente con él, mi hijo jugaba a diario con él a la Play... Quizás haya muerto como consecuencia del cáncer, pero no lo ha matado el cáncer. Era un luchador, su fallecimiento no era esperado», ha subrayado Antonio Sanz.